sábado, 13 de mayo de 2017

Evangelio según San Juan 14,7-14. 
Jesús dijo a sus discípulos: "Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto". Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre."Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré."

RESONAR DE LA PALABRA

José Vico Peinado, cmf
Queridos amigos:

Hoy es 13 de mayo, una fiesta mariana con mucha raigambre popular. Los cantos marianos resonarán en el Santuario de Fátima y en otras muchas reuniones de las comunidades eclesiales.
Esto me ha hecho centrarme en el primer versículo del salmo interleccional: “Cantad al Señor un cántico nuevo”. Decía S. Agustín -comentando otro salmo que inicia de la misma manera- que sólo el hombre nuevo conoce el cántico nuevo, porque cantar es señal de alegría y expresión de amor y, por eso, quien ha aprendido a amar la vida nueva y alegrarse con ella sabe cantar el cántico nuevo. Cantad al Señor un cántico nuevo. “‘Ya estamos cantando’ decis”. Cantáis sí, cantáis. Ya os oigo. Pero procurad que vuestra vida no dé testimonio contra lo que vuestra lengua canta. Cantad con vuestra voz, cantad con vuestro corazón, cantad con vuestra boca, cantad con vuestras costumbres. Preguntáis qué es lo que vais a cantar. Preguntáis qué alabanzas debéis cantar. Pues tened en cuenta que la alabanza del canto reside en el mismo cantor. Sed vosotros mismos el canto que vais a cantar. Vosotros mismos seréis su alabanza, si vivís santamente.
Cantar el cántico nuevo con maestría no es cuestión de buena voz, ni de buen oído, ni tampoco de afinamiento. Es cuestión de vida. De vivir una vida acorde con la Buena Noticia. Para cantar el cántico nuevo uno tiene que renunciar al hombre viejo y vivir en novedad de vida. Hay que llevar una vida de resucitado. ¡Que María, la llena de gracia, nos estimule a vivir así!

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario