sábado, 13 de mayo de 2017

Meditación: Juan 14, 7-14


Nuestra Señora de Fátima

En el santuario de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal, se inició el 27 de noviembre pasado el Año Jubilar con motivo del centenario de las apariciones de la Virgen María a los tres pastorcitos, Lucía, Jacinta y Francisco. El tema del jubileo, que durará hasta el 26 de noviembre de 2017, es: “Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios.”

Las apariciones de María a los tres pastorcitos se iniciaron el 13 de mayo de 1917, y en ellas Nuestra Señora les dio a los niños un mensaje que concluye con la promesa del triunfo de su Inmaculado Corazón.

El obispo de Fátima-Leiría, Mons. Antonio Marto, invitó a vivir el año jubilar en cualquier parte del mundo con “alegría y esperanza, como momento favorable de acción de gracias por el don de la visita y del mensaje de Nuestra Señora”, y a sentir “la experiencia de ternura y misericordia de Dios; de devoción al Inmaculado Corazón de María; de conversión y compromiso con Dios a favor del prójimo y por la paz en el mundo, siguiendo el ejemplo de los tres pastorcitos.” Recordó, además, que “el milagro más importante de Fátima no es la danza del sol, sino la conversión del corazón.”

Los fieles piadosos que visiten con devoción una imagen de Nuestra Señora de Fátima expuesta solemnemente a la veneración pública en cualquier templo, oratorio o local adecuado en los días de los aniversarios de las apariciones, el 13 de cada mes desde mayo hasta octubre de 2017, y participen allí devotamente en alguna celebración u oración en honor de la Virgen María, podrán obtener la indulgencia plenaria.

En la situación actual del mundo, de tanta incertidumbre, violencia y desprecio a Dios y a todo lo que es religioso, celebremos estas manifestaciones admirables que nos ha concedido la Madre de Dios. Hablemos de esto en casa, en el vecindario, en el trabajo y en la parroquia y traigamos al presente el amor inagotable de nuestro Dios. Aprovechemos, también, esta magnífica ocasión para reafirmar nuestro amor y devoción a la Santísima Virgen María y recibir la indulgencia plenaria.
“Oh, Virgen Santísima, que te apareciste a los niños en Fátima, te pido que intercedas por mí y los míos ante tu Hijo Jesús para tener una fe viva, conocerlo y amarlo más, y para servirle a él en mis hermanos, especialmente los necesitados.”
Hechos 13, 44-52
Salmo 98(97), 1-4

fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros

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