martes, 10 de octubre de 2017

CAMBIAR LA MENTALIDAD


Carl Rogers, en su libro El poder de la persona, (1980) menciona una revolución silenciosa que está ocurriendo en los seres humanos y afirma que: «apunta a un futuro de una naturaleza muy diferente, construido alrededor de un nuevo tipo de persona con poder propio y que ya está surgiendo.» Esta revolución es una evolución en el pensamiento que se caracteriza por la renovación de la conciencia que va del aislamiento a la unidad.

Es una experiencia global que está transformando a la cultura planetaria. Emerge de nuestro interior una manera de comprender la realidad, y aunque no es una perspectiva del todo nueva, sí surge con renovada energía y es la cultura de la cooperación.

Esta renovación interior es visible en aquellas personas que han encontrado, en el servicio a los demás y el mejoramiento de la sociedad, una clave para vivir de manera plena. ¿Para qué es la vida sino para vivirla junto a otros en un mundo mejor?

Hoy, cada vez más personas se animan a involucrarse en el mejoramiento de la vida de los demás. Piensan y actúan de manera corporativa y se sienten parte de un todo más grande que ellos mismos. Tal vez, estas personas, no comprendan del todo lo que está surgiendo en ellos, pero lo cierto es que desean hacer algo por los demás porque se sienten parte de la humanidad.

Personalmente creo que esta manera de pensar y obrar es una manera de reconstruirnos. Hemos sido desbaratados por una corriente individualista que nos hundió en la soledad y el vacío. Nos condujo a asumir conductas destructivas hacia el planeta, nos dividió y enfrentó a los seres humanos haciéndonos creer que somos enemigos unos de otros. De alguna manera hemos comenzado a sintonizar y cooperar con el don de Dios en nosotros, para dar cabida a la recuperación de la semejanza que nos devuelve la identidad de hijos de Dios y de hermanos entre nosotros. Vamos abandonando viejas ideas de miedo y de separación, y las sustituimos con pensamientos de amor y de unidad, de paz y de concordia, de reconciliación y oportunidad. Ya existe un número significativo de personas, aunque no tengan visibilidad, que cultivan este nuevo nivel de conciencia y están haciendo posible un cambio en su entorno.

Ha llegado el momento en que no basta con quejarnos o lamentarnos simplemente por lo que sucedió o sucede a pesar nuestro, debemos sentirnos parte de un proceso de transformación del mundo. Si cada uno de nosotros cambia, nuestro entorno y el mundo también lo hará.

Javier Rojas, SJ 
Director Regional
de la Red Mundial de Oración del Papa
Argentina-Uruguay-Paraguay

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