“La luz se ha convertido en una persona que nosotros podemos ver, tocar, oír, besar. Todo su ser está iluminado desde dentro, y cada uno de sus gestos trasluce la vida de Dios que ha bajado hasta nosotros” (B. González Buelta sj). Jesús es la luz, que se hace presente en el que sufre y en aquellos que ayudan a aliviar el dolor de sus hermanos. Lleva los gestos de Jesús a tus hermanos, abraza y alivia a quien sufre cerca de ti. Ofrece lo que vivas por la intención del mes.
Con Jesús por la tarde.
“Él replicó: ¡Dichosos, más bien, los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!” (Lc 11, 28). El seguimiento del mensaje de Jesús nos une como hijos de un mismo Padre. ¿Es tu vida tierra fértil para acoger la Buena Noticia? Deja resonar en tu corazón el piropo de Jesús: “Feliz de ti hijo mío porque escuchas mi Palabra y la pones en práctica”, mientras continúas poniendo en práctica el propósito del día.
Con Jesús por la noche.
Ser más consciente. ¿Crees que vas creciendo interiormente? ¿Sientes que aumenta tu esperanza, tu amor y caridad? ¿Qué te llena la vida de plenitud? Entrega esta noche a tu Padre del cielo tus preocupaciones.
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