sábado, 14 de octubre de 2017

Meditación: Lucas 11, 27-28

Dichosos… los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.
Lucas 11, 28


Es emocionante ver cuando un pequeñito empieza a caminar. Esos primeros pasos son como un trampolín para su próxima conquista. Es natural que nos alegremos mucho al ver el esfuerzo que hace el pequeñito y, al mismo tiempo, esperamos con entusiasmo los próximos éxitos que logrará.

Jesús hace una observación similar en el Evangelio de hoy. Una mujer de la multitud exclama: “¡Qué bendecida es tu madre por tener un hijo como tú!” Pero Jesús le cambia el enfoque: Sí, pero hay que fijarse en lo que Dios está diciendo ahora y obedecerlo.

Pensemos en la Virgen María, a quien elogia esta mujer: Ella es “bendecida” porque le dijo que sí a Dios, pero también porque cada día, sin duda, se disponía de corazón a obedecer los preceptos y la Palabra de Dios. Esto es lo mismo que Dios quiere para cada uno de nosotros: que nos fijemos en lo que él nos dice hoy y “acatar” su palabra lo mejor que podamos. No olvidemos el pasado, pero no nos quedemos allí tampoco. Hay que seguir avanzando.

Recuerda que ningún infante ha aprendido a caminar sin tambalearse, tropezar y caer muchas veces, y ningún padre regaña al niño por fallar al primer intento. Igualmente, Dios es paciente mientras tú aprendes a caminar con la misma obediencia de María. Sin duda él te ayudará poco a poco y día a día, así que ¡no te decepciones!

Todo va cambiando constantemente, porque el mundo va cambiando y nosotros también. Situaciones que han sido bendiciones a veces se transforman en dificultades y viceversa. Tal vez han desaparecido las antiguas tentaciones y posiblemente tú has encontrado fuerzas para luchar contra las nuevas; la admiración que has sentido al ver lo que Dios hace en tu vida es probablemente mayor, o bien puede desvanecerse por un tiempo. Pase lo que pase, tú amarás más a Jesús, por todo lo que has escuchado y por haberte fijado más en lo que él ha venido haciendo en tu vida.

Dios es sumamente creativo, excepcionalmente visionario e infinitamente paciente. Por lo tanto, no desvíes tu atención de lo que hoy te está diciendo, y ¡sigue adelante!

“Señor Jesús, afina mi capacidad de escuchar y hazme más obediente para aprender a confiar y dejarme guiar por ti.”
Joel 4, 12-21
Salmo 97(96), 1-2. 5-6. 11-12

fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros

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