domingo, 8 de octubre de 2017

¡No pierdas nunca el coraje!

Dios, Quien es misericordioso y bueno, no tardará en darte consuelo y un espacio de aliento, cuando vea que oras con todo el dolor de tu corazón.
















En cada mal o en cada tentación que venga a nosotros desde fuera, el camino de la oración sigue abierto ante nosotros: debes, pues, postrarte hasta el suelo, día y noche, pidiéndole a Dios con un corazón ferviente. Y Dios, Quien es misericordioso y bueno, no tardará en darte consuelo y un espacio de aliento, cuando vea que oras con todo el dolor de tu corazón.

Haz esto toda tu vida. Recibirás, y también perderás. Y si otra vez oras con un corazón contrito, nuevamente recibirás. Y sucederá que nuevamente sentirás que se aproxima el final. Pero si oras de nuevo, el maligno dejará de tentarte. Este es el esfuerzo que nos fue encomendado: ¡no pierdas el coraje!

(Traducido de: Sf. Isaac Sirul, Cuvinte către singuratici, partea II, Editura Deisis, p. 434)
fuente Doxologia

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