miércoles, 4 de octubre de 2017

¡Sé el amo de tu regla de oraciones, no su esclavo!

¡Sólo a Dios debes servirle, dedicándole todo momento tu vida y esforzándote en agradarle en todo lo que hagas!









No creas que al cumplir con exactitud tu regla de oraciones diaria, ya has hecho algo importante!

Todo el valor de ese canon y de cualquier oración está en la compunción del corazón ante Dios.

Los Santos Padres dicen que si al orar no nos sentimos como los condenados a muerte, nos parecemos al fariseo de la parábola evangélica, y en vano clamamos al Señor.

Luego, al orar siéntete como si estuvieras enfrentando ya el estremecedor Juicio Final, esperando que se emita la sentencia definitiva de Dios: “¡Venid!” o “¡Apartaos de Mí!...”.

En todo caso, evita el automatismo, el cumplimiento mecánico de tu canon de oraciones. Debes ser, para decirlo de otra manera, el amo de tu canon, no su esclavo. ¡Sólo a Dios debes servirle, dedicándole todo momento tu vida y esforzándote en agradarle en todo lo que hagas!

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Călăuzire către viața duhovnicească, Editura Egumenița, p.79-80)
fuente Doxologia

1 comentario: