A- Ritos introductorios
1- Invocación Trinitaria:
+ En el nombre del Padre, + del Hijo + y del Espíritu Santo.
Todos: ¡AMÉN!
• Guía: Dios, ven en nuestro auxilio
• Todos: Señor, socórrenos y sálvanos
• Guía: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
• Todos: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. ¡Amén!
OREMOS
Dios misericordioso y omnipotente, que concediste a tu hija Elena Guerra la gracia de la beatitud: concédenos, te suplicamos, que por la observancia de sus enseñanzas acerca de la devoción al Espíritu Santo podamos, por la participación en esta Novena, ser conducidos por el Consolador a una mayor comunión con tu Hijo amado, nuestro Salvador Jesucristo, por cuya pasión, muerte y resurrección te adoramos y glorificamos. Por el mismo Cristo, nuestro Señor.
Todos: ¡Amén!
B- Propio de cada día
SÉPTIMO DÍA
LECTURA ORANTE DE LA PALABRA DE DIOS
Lectura
de la 1ª Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios
“Hay diferentes dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversos ministerios, pero el Señor es el mismo. Hay diversidad de obras, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos. La manifestación del Espíritu que a cada uno se le da es para provecho común. A uno se le da, por el Espíritu, palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro el don de la fe, por el Espíritu; a otro, el don de hacer curaciones, por el único Espíritu; a otro, poder de hacer milagros; a otro, profecía; a otro, reconocimiento de lo que viene del bueno o del mal espíritu; a otro, hablar en lenguas; a otro, interpretar lo que se dijo en lenguas. Y todo esto es obra del mismo y único Espíritu, que da a cada uno como quiere” (1 Co 12, 4-11).
EL ESPÍRITU SANTO, FUENTE DE CARISMAS Y MINISTERIOS
(Juan
Pablo II)
‘Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo’ (1Co 12, 4). Los dones del Espíritu, que distribuye ‘según su voluntad’ (1Co 12, 11), pueden ser muchos y San Pablo esboza una lista (cf. 1 Co 12, 8-10), que evidentemente no pretende ser completa. El Apóstol enseña, asimismo, que la diversidad de los carismas no debe provocar divisiones y, por esto, desarrolla la elocuente comparación de los diversos miembros de un solo cuerpo (cf. 1 Co 12, 12-27). La unidad de la Iglesia es una unidad dinámica y orgánica, y todos los dones del Espíritu son importantes para la vitalidad del cuerpo entero. (…) Los carismas son gracias concedidas por el Espíritu Santo a algunos fieles a fin de capacitarlos para contribuir al bien común de la Iglesia. La variedad de los carismas corresponde a la variedad de servicios, que pueden ser momentáneos o duraderos, privados o públicos. Los ministerios ordenados de los obispos, los presbíteros y los diáconos, son servicios estables y públicamente reconocidos. Los ministerios laicales, fundados en el bautismo y en la confirmación, pueden recibir de la Iglesia, a través del obispo, un reconocimiento oficial o sólo de hecho. Entre los ministerios laicales recordemos los instituidos con rito litúrgico: el lectorado y el acolitado. Luego vienen los ministros extraordinarios de la comunión eucarística y los responsables de actividades eclesiales, comenzando por los catequistas, pero también es preciso recordar a los ‘animadores de la oración, del canto y de la liturgia; responsables de comunidades eclesiales de base y de grupos bíblicos; encargados de las obras caritativas; administradores de los bienes de la Iglesia; dirigentes de los diversos grupos y asociaciones apostólicas; profesores de religión en las escuelas’ (RpM, 74)”.
(L’Osservatore Romano, 12/ 448, nº 32, del 08/08/1998)
OREMOS (Todos):
VENI CREATOR SPIRITUS
(Pontificale Syrorum, E.P. Siman)
Espíritu que distribuyes a cada uno tus carismas;
Espíritu de sabiduría y de ciencia, amante de los hombres;
que llenas a los profetas, perfeccionas a los apóstoles,
fortaleces a los mártires, inspiras la doctrina a los sabios.
te dirigimos nuestra oración, mezclada con el incienso oloroso.
Te pedimos que nos renueves con tus dones sagrados,
desciende sobre nosotros como lo hiciste sobre los apóstoles en el Cenáculo.
Derrama sobre nosotros tus carismas,
llénanos de la sabiduría de tu doctrina;
conviértenos en templos de tu gloria,
embriáganos con el vino de tu gracia.
Concédenos vivir para ti, obedecerte y adorarte,
tú, el Dios puro y santo, el Espíritu Paráclito.
C- ORACIONES FINALES (para todos los días)
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
“Amado Espíritu de Dios, que fuiste comunicado a la Beata Elena con la abundancia de tus dones, y le confiaste el mensaje del perenne renovarse de tu Pentecostés, por la docilidad y fidelidad a la misión que le fue confiada, te pedimos volverla, aún hoy, testigo de tu amor, atendiendo a nuestra oración por… (intención personal de oración por una gracia) Reaviva, Dios Consolador, nuestra fe y nuestra esperanza, para que podamos caminar con valor sereno rumbo al encuentro definitivo. Amén.”
Guía: Beata Elena Guerra
Todos: Ruega por nosotros.
ACTO DE DESEO Y OFRECIMIENTO (Beata Elena Guerra)
Guía: Dios del bello Amor, Tú nos llamaste cerca de ti, porque tu alegría es estar entre los hijos de los hombres. Nos unimos a Ti como a la fuente de la santidad.
Todos: Espíritu Santo, santifícanos.
Guía: Venimos a ti como ciegos a la luz eterna y al dador de la luz.
Todos: Espíritu Santo, ilumínanos.
Guía: Venimos a ti como mendigos al don supremo y al dador de dones.
Todos: Espíritu Santo, escúchanos.
Guía: Venimos a ti como sedientos a las aguas de la vida.
Todos: Espíritu Santo, sácianos.
Guía: Venimos a ti como pobres al padre de los pobres.
Todos: Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Guía:
Ten piedad de nosotros, oh Espíritu Santo y ven a nosotros. He aquí que te ofrecemos nuestro cuerpo con sus sentidos, nuestra alma con sus facultades, nuestro corazón con sus sentimientos. Te entregamos nuestros pensamientos y deseos, palabras y acciones, alegrías y pesares, vida y muerte.
Todos: Espíritu Santo, soy tuyo y tuyo quiero ser ahora y siempre. Amén.
ORACIÓN Y BENDICIÓN FINAL
Guía: Pidamos, hermanos y hermanas, la intercesión de la bienaventurada Virgen María, para que, a ejemplo de ella, acojamos con toda la apertura de nuestro corazón la Persona divina del Espíritu Santo, y busquemos incesantemente su plenitud:
Todos: Dios te salve María, llena eres de gracia….
Todos:
“Oh Dios, que santificaste a tu Iglesia entera
en todos los pueblos y naciones,
derrama por toda la extensión del mundo
los dones del Espíritu Santo
y haz en el corazón de los fieles
las maravillas que obraste
al inicio de la predicación del Evangelio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
en la unidad del Espíritu Santo. ¡Amén!
Guía: Bendícenos oh Dios Todopoderoso, todo amoroso: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Todos: ¡Amén!
Guía: Alabado sea Jesucristo.
Todos: ¡Por siempre sea alabado!
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