domingo, 13 de octubre de 2024

Novena preparatoria canonización Elena Guerra - DÍA 3

 

A- Ritos introductorios

1- Invocación Trinitaria:
+ En el nombre del Padre, + del Hijo + y del Espíritu Santo.
Todos: ¡AMÉN!

• Guía: Dios, ven en nuestro auxilio
• Todos: Señor, socórrenos y sálvanos

• Guía: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
• Todos: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. ¡Amén!


OREMOS

Dios misericordioso y omnipotente, que concediste a tu hija Elena Guerra la gracia de la beatitud: concédenos, te suplicamos, que por la observancia de sus enseñanzas acerca de la devoción al Espíritu Santo podamos, por la participación en esta Novena, ser conducidos por el Consolador a una mayor comunión con tu Hijo amado, nuestro Salvador Jesucristo, por cuya pasión, muerte y resurrección te adoramos y glorificamos. Por el mismo Cristo, nuestro Señor.
Todos: ¡Amén!

B- Propio de cada día
TERCER DÍA

LECTURA ORANTE DE LA PALABRA DE DIOS
Lectura del Evangelio según San Marcos

“En aquellos días Jesús vino de Nazaret, pueblo de Galilea, y se hizo bautizar por Juan en el río Jordán. Al momento de salir del agua, Jesús vio los Cielos abiertos: el Espíritu bajaba sobre él como lo hace la paloma, mientras se escuchaban estas palabras del Cielo: ‘Tú eres mi Hijo, el amado, mi Elegido’”. (Mc 1, 9-11)


EL ESPÍRITU SANTO, EN EL BAUTISMO Y EN LA VIDA PÚBLICA DE JESÚS

Juan Pablo II

“Otra intervención significativa del Espíritu Santo en la vida de Jesús, después de la de la Encarnación, se realiza en su bautismo en el río Jordán. (…) El acontecimiento del Jordán constituye el comienzo de la misión pública de Jesús y de su revelación como Mesías, Hijo de Dios. Juan predicaba ‘un bautismo de conversión para perdón de los pecados’ (Lc 3, 3). Jesús se presenta en medio de la multitud de pecadores que acuden para que Juan los bautice. Este lo reconoce y lo proclama como cordero inocente que quita el pecado del mundo (cf. Jn 1, 29) para guiar a toda la humanidad a la comunión con Dios.

El Padre expresa su complacencia en el Hijo amado, que se hace siervo obediente hasta la muerte, y le comunica la fuerza del Espíritu para que pueda cumplir su misión de Mesías Salvador. Ciertamente, Jesús posee el Espíritu ya desde su concepción (cf. Mt 1, 20; Lc 1, 35), pero en el bautismo recibe una nueva efusión del Espíritu, una unción con el Espíritu Santo, como testimonia San Pedro en su discurso en la casa de Cornelio: ‘Dios a Jesús de Nazaret le ungió con el Espíritu Santo y con poder (He 10, 38). Esta unción es una elevación de Jesús ‘ante Israel como Mesías, es decir, ungido con el Espíritu Santo’; es una verdadera exaltación de Jesús en cuanto Cristo y Salvador (cf. DeV, 19). (…)

Inmediatamente después del bautismo, Jesús fue ‘llevado’ por el Espíritu Santo al desierto ‘para ser tentado por el diablo’. (…) (cf. DeV, 19). La lucha con Satanás, iniciada en el desierto, prosigue durante toda la vida de Jesús. Una de sus actividades típicas es precisamente la de exorcista, por la que la gente grita admirada: ‘Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen’ (Mc 1, 27). Quien osa afirmar que Jesús recibe este poder del mismo diablo blasfema contra el Espíritu Santo (cf. Mc 3, 22-30), pues Jesús expulsa los demonios precisamente ‘por el Espíritu de Dios’ (Mt 12, 28). Como afirma San Basilio de Cesarea, con Jesús ‘el diablo perdió su poder en presencia del Espíritu Santo’ (De Spir. S. 19)”.
(L’Osservatore Romano, n. 23, 06/06/98).

OREMOS (Todos):

ACTO DE UNIÓN A JESÚS POR EL ESPÍRITU
(Beata Elena Guerra)
  • Señor Jesús, comunica, te suplico, tu Espíritu a mi alma: bautízame una vez más en tu sangre, asóciame a tu oblación eucarística en el tabernáculo, enriquéceme de gracias siempre mayores; sobre todo, infúndeme el don de la oración verdadera y perseverante.
  • Dame un corazón nuevo, purificado por tu Amor, donde los afectos te sean agradables: visita, Señor, mi pobre corazón, y transfórmalo en un vaso de elección.
  • Corrige mis intenciones, para que no sean viles o muy humanas, y haz que mis acciones sean según tu voluntad.
  • Hazme semejante a Ti en la paciencia, para que soporte los sufrimientos y las dificultades.
  • Haz que hable, Señor, actuando según tu Espíritu: que mis palabras te glorifiquen y sean útiles al bien espiritual de mi prójimo. Finalmente, te entrego todo mi ser, para que mediante tu Espíritu, sea transformado plenamente en Ti.


C- ORACIONES FINALES (para todos los días)
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

“Amado Espíritu de Dios, que fuiste comunicado a la Beata Elena con la abundancia de tus dones, y le confiaste el mensaje del perenne renovarse de tu Pentecostés, por la docilidad y fidelidad a la misión que le fue confiada, te pedimos volverla, aún hoy, testigo de tu amor, atendiendo a nuestra oración por… (intención personal de oración por una gracia) Reaviva, Dios Consolador, nuestra fe y nuestra esperanza, para que podamos caminar con valor sereno rumbo al encuentro definitivo. Amén.”


Guía: Beata Elena Guerra
Todos: Ruega por nosotros.


ACTO DE DESEO Y OFRECIMIENTO (Beata Elena Guerra)

Guía: Dios del bello Amor, Tú nos llamaste cerca de ti, porque tu alegría es estar entre los hijos de los hombres. Nos unimos a Ti como a la fuente de la santidad.
Todos: Espíritu Santo, santifícanos.

Guía: Venimos a ti como ciegos a la luz eterna y al dador de la luz.
Todos: Espíritu Santo, ilumínanos.

Guía: Venimos a ti como mendigos al don supremo y al dador de dones.
Todos: Espíritu Santo, escúchanos.

Guía: Venimos a ti como sedientos a las aguas de la vida.
Todos: Espíritu Santo, sácianos.

Guía: Venimos a ti como pobres al padre de los pobres.
Todos: Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

Guía:

Ten piedad de nosotros, oh Espíritu Santo y ven a nosotros. He aquí que te ofrecemos nuestro cuerpo con sus sentidos, nuestra alma con sus facultades, nuestro corazón con sus sentimientos. Te entregamos nuestros pensamientos y deseos, palabras y acciones, alegrías y pesares, vida y muerte.
Todos: Espíritu Santo, soy tuyo y tuyo quiero ser ahora y siempre. Amén.


ORACIÓN Y BENDICIÓN FINAL

Guía: Pidamos, hermanos y hermanas, la intercesión de la bienaventurada Virgen María, para que, a ejemplo de ella, acojamos con toda la apertura de nuestro corazón la Persona divina del Espíritu Santo, y busquemos incesantemente su plenitud:

Todos: Dios te salve María, llena eres de gracia….

Todos:

“Oh Dios, que santificaste a tu Iglesia entera
en todos los pueblos y naciones,
derrama por toda la extensión del mundo
los dones del Espíritu Santo
y haz en el corazón de los fieles
las maravillas que obraste
al inicio de la predicación del Evangelio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
en la unidad del Espíritu Santo. ¡Amén!

Guía: Bendícenos oh Dios Todopoderoso, todo amoroso: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Todos: ¡Amén!

Guía: Alabado sea Jesucristo.
Todos: ¡Por siempre sea alabado!

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