Experiencia de Avivamiento - Día 15

Comencemos nuestra experiencia...
+ En el Nombre del Padre,
+ del Hijo
+ y del Espíritu Santo. Amén.

Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de Tus fieles y enciende en ellos el Fuego de Tu Amor.
Envía, Señor Tu Espíritu,
todo será creado y renovarás la faz de la tierra.

Oremos:
Oh Dios, que instruiste los corazones de Tus fieles con la luz del Espíritu Santo,
haz que apreciemos rectamente todas las cosas,
según Tu Santo Espíritu
y gocemos de Sus consuelos,
Por Cristo Nuestro Señor.
¡Amén!

Te pedimos, Señor, que esta Palabra se vuelva viva y eficaz
en nuestra vida y no vuelva a Tí, Señor sin producir en nosotros el efecto esperado.
Profeta Romanos 12, 2

"¡Tú me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir!¡Me has forzado y has prevalecido!Soy motivo de risa todo el día, todos se burlan de mí.

El Apóstol Pablo escribe a los cristianos de la Iglesia de Roma y, en este capítulo 12 habla sobre la vida cristiana y sus exigencias. Necesitamos contextualizar esta Palabra y entender que el cristianismo era naciente en aquel tiempo y enfrentaba las dificultades propias de aquello que es nuevo, que esta en los comienzos. Lo nuevo se encontraba con lo que era viejo: manías, vicios y desvíos del Imperio Romano, del paganismo, de la promiscuidad e idolatría que aquel pueblo vivía.

La propuesta era la de la vivencia radical del Evangelio y del apartamiento total de aquellas prácticas paganas que los romanos vivían.
Mis hermanos, esto se aplica totalmente en los tiempos actuales, pues vivimos la sensualidad y la promiscuidad de los tiempos aureos del Imperio Romano, tal vez, con intensidad aún mayor; por la velocidad mediática y propagación de la perversión, vivimos en un tiempo en que el neopaganismo asombra a las realidades religiosas, en que crece el indiferentismo religioso y se percibe un ateísmo práctico en la sociedad. Cada día mas, el cristianismo ha sido marginalizado y rechazado, a pesar de verse todavía, aquí al menos, una creciente ola de conversiones y una vivencia religiosa más intensa. A la vez, también se constata, desgraciadamente, un crecimiento de la indiferencia religiosa, en la hostilidad a los cristianos en la sociedad moderna. Por lo tanto, la apelación de Pablo todavía es muy actual, en pleno siglo XXI, para mi y para ti. No podemos conformarnos con el modo de vivir y de pensar de este mundo, tenemos que estar disconformes, para no vivir lo que la contemporaneidad vive, aquello que está en desacuerdo con la Palabra de Dios y los mandamientos.
Mira, es una orden: "No se conformen con este mundo, sino transfórmenlo, renovando su manera de pensar y de juzgar". 
¿Cuántos de nosotros hemos vivido en fiestas inundadas de alcohol que es una droga legalizada, abastecemos nuestras heladeras y pensamos que eso no tiene ninguna implicancia o problema?; ¿Cuántos de nosotros nos alimentamos con contenidos nocivos de novelas y series que contradicen directamente el pensamiento y la moral cristiana?; ¿cuántos de nosotros hemos escuchado músicas seculares con doble sentido, con apología al sexo, a la violencia, a la sensualidad, etc?: ¿cuántos de nosotros asistimos a la programas de televisión y accedemos a contenidos en internet sin ningún criterio cristiano; asistimos a programas llamados de humor pero que denigran nuestra fe y las buenas costumbres; leemos libros espirituales, libros con contenidos eróticos?

Es hora de evaluarse mi querido hermano,
o soy de Cristo o soy una farsa, una vergüenza para la Iglesia.

Sigamos el consejo de Pablo: "más bien transfórmense, renovando su manera de pensar y juzgar, para que puedan distinguir lo que es voluntad de Dios, saber lo que es bueno y lo que le agrada, lo que es perfecto".
No tengas miedo ni recelo de desterrar lo que no construye y lo que no edifica en tu vida, aunque sean amistades que lo llevan a vivir lejos de Cristo y de la Iglesia.
Sé firme, desea ser santo.

Mortificación
Evalúa tus objetos personales (CDs, DVDs, archivos de la computadora, heladera, sala de estar), sus pensamientos, lo que está bien escondido en tu vida y lo que sabes que no agrada a Dios. Revee posibles cartas, fotos que registran pecados del pasado.
Ve a tu biblioteca y, sin dolor ni piedad, tira afuera lo que no construye la fe ni te lleva a vivir una vida cristiana auténtica.
Deshácete de lo que es tuyo, nunca lo hagas de lo que es de otros, la experiencia de fe es tuya, no lo hagas sobre las otras personas que no hicieron la misma experiencia que vos.
Sólo testimonia, pues tu testimonio va a sensibilizar y convencer.


Oración de clamor

Mi Dios, gracias por la visión y por el ministerio de San Pablo,
por su claridad y sobriedad.
Sé que vivir la radicalidad en el mundo actual es un escándalo,
pero yo estoy dispuesto a vivirla y,
si fuese preciso, pasaré por humillaciones,
por las provocaciones o burlas que las personas harán por mi decisión,
pues tengo un único objetivo en mi vida, que es agradarte.
Sí, Señor, aunque esto implique desagradar a los hombres,
a los míos, a mis amigos y parientes, quiero ser fiel a Ti, mi único Dios y Salvador.
Devuélveme la visión espiritual y renueva mi manera de pensar y juzgar todas la cosas para que, movido por Tu Santo Espíritu, consiga distinguir el mal del bien, la mentira de la verdad, y entienda lo que es Tu Voluntad.
Muchas veces soy movido por mis pasiones y deseos,
y ellos falsean aquello que verdaderamente es bueno y constructivo para mi vida,
son engañosos mis deseos y pasiones y quieren apartarme de Ti.
Quiero vivir solamente aquello que te agrada, Señor,
solamente aquello que es bueno.
Dame coraje, el coraje necesario para dar los pasos precisos,
para volver al primer amor y tener coraje de dejar por amor,
y no por miedo, aquello que no te agrada.
La santidad es una respuesta de amor,
es la devolución del amor que experimenté,
es una significativa declaración de amor que Te hago, mi Señor.
No quiero el pecado, no quiero las pasiones engañosas,
no quiero los pensamientos ruines de este mundo,
porque yo Te amo, Señor,
y por este amor dejo todas las cosas que no Te agradan,
para poder servir dignamente.
Aquí estoy, mi Amado,
aquí estoy, Espíritu Santo,
te pido que renueves todas las cosas en mi,
mi manera de pensar y juzgar.
Quiero agradarte, Señor,
quiero caminar en Santidad.
Aleluia!
Gloria a Dios!

Deja al Espíritu Santo llevarte a la experiencia de un gran clamor para,
entonces, poder revelar lo que el tiene para tu vida.
Ora todo lo que puedas en lenguas.

Sobre la base de "Profecia do Avivamento"
p. Roger Luis - Canção Nova.
Adaptación de textos originales en português.