martes, 12 de abril de 2016

Experiencia de Avivamiento - Día 18


Comencemos nuestra experiencia...
+ En el Nombre del Padre,
+ del Hijo
+ y del Espíritu Santo. Amén.

Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de Tus fieles y enciende en ellos el Fuego de Tu Amor.
Envía, Señor Tu Espíritu,
todo será creado y renovarás la faz de la tierra.

Oremos:
Oh Dios, que instruiste los corazones de Tus fieles con la luz del Espíritu Santo,
haz que apreciemos rectamente todas las cosas,
según Tu Santo Espíritu
y gocemos de Sus consuelos,
Por Cristo Nuestro Señor.
¡Amén!

Te pedimos, Señor, que esta Palabra se vuelva viva y eficaz
en nuestra vida y no vuelva a Tí, Señor sin producir en nosotros el efecto esperado.
Profeta Ezequiel 37, 12
Por eso, profetiza diciéndoles: Así habla el Señor: Yo voy a abrir las tumbas de ustedes, los haré salir de ellas, y los haré volver, pueblo mío, a la tierra de Israel.
Amados, entendamos el contexto de este pueblo que recibe la profecía: estaban exiliados, sin esperanza, lejos de su tierra y del templo, totalmente sin esperanza.
Ellos eran como zombis, muertos-vivos, principalmente en la experiencia de la fe. Y Dios les hace esta gran promesa: "Les haré salir de sus sepulturas y los conduciré a la tierra de Israel!" 
Creo que, después de dieciocho días de ésta experiencia devocional, ya has comenzado a experimentar en tu vida un poco de aquello que esta profecía hizo acontecer en medio de aquel pueblo sin esperanza. Creo que ella se está cumpliendo en mi vida y en la tuya, el Señor está abriendo nuestras sepulturas y está mandándonos salir, para conducirnos al cumplimiento de Su promesa.
¿Cuántos de nosotros no percibíamos que estábamos como muertos-vivos?
Vivíamos como zombis, andando de un lado para el otro sin vida. Y por donde andábamos, contagiábamos de muerte a tantos otros que como nosotros tenían contacto, viviendo una fe muerta, sin sentido y sin objetivo. 
¡Cuántos de nosotros habíamos perdido el foco, la visión, vivíamos de espaldas y hoy, estamos percibiendo y retomando la vida espiritual y la visión.
Estábamos cansados, adormecidos, desanimados, no veíamos la promesa cumplirse y nos entregamos al ritmo frenético de este mundo.
Mira bien: habíamos perdido la capacidad de esperar el tiempo de Dios!
Las cosas de Dios suceden en el tiempo de Dios, en la hora que El determina, y no en nuestro tiempo.
Si fuese a acontecer en mi hora, puedes tener certeza que yo ya lo habría determinado, pero es en el tiempo de Dios.
El está forjando nuestro carácter profético, El quiere marcar nuestra generación. Aquellos que creen y buscan el cumplimiento de la profecía y de la promesa hicieron un camino de compromiso y seriedad en el Espíritu, o sea, vivieron una vida de santidad. Creo y espero en nuestra generación un derramamiento tan abundante del Espíritu como nunca se vio y se experimentó antes.
Por eso, deja a Dios abrir la sepultura donde estas viviendo como un muerto-vivo, permite que el Señor te resucite, que resucite los sueños que El soñó para ti y para el país, que sea resucitada la expectativa del avivamiento en nuestra vida.
Gloria a Dios, puedo ver muertos resucitando por el poder de la profecía. Aleluia!

Mortificación
Separa un momento de intimidad con Dios y renuncia a todo espíritu de muerte, asumiendo la vida que el Señor vino a traerte. Dirígete a un hermano desanimado en la fe y reanímalo, profetiza vida sobre el y cree que el hermano va a resucitar en la fe.


Oración de clamor
Mi Dios, yo no había percibido como mi vida espiritual estaba muriendo, así como mi capacidad de creer en Tus sueños y promesas.
Estaban muriendo en mi la fe y la expectativa del avivamiento que Tú, Señor prometiste a aquel país. 
Fueron tantas las cosas que han sucedido: persecuciones, incomprensiones, cansancios, confusión. Yo también no supe esperar Tu tiempo, reconozco que quise obligarte a mis tiempos.
Olvidé, muchas veces, que fue en la paciencia que el Señor forjó el carácter de muchos profetas.
Gracias por darme una nueva chance y por esta palabra de resurrección que viene sobre mi vida y mi espiritualidad.
Vuelvo a creer, vuelvo a vivir aquello que Tu tienes para mi, reasumo la promesa y la profecía para mi vida.
Gracias por Tu inmensa paciencia conmigo,
gracias por no haber desistido de mi.
Cuando dudé, Tú, Señor continuaste sustentando la promesa,
y hoy estás reanimándome de nuevo.
Dame la gracia, Señor, de ir a los desanimados,
a los muertos-vivos en la fe, y que esta palabra dada a Ezequiel
sea un instrumento usado por mi para llevar a la resurrección a aquellos que desistieron, que ellos sean despertados por el poder de Tu Espíritu Santo. 
Quiero vivir de la fe,
quiero vivir por la fe y ser resucitado por Tu Espíritu Santo.
Quiero volver a creer en el cumplimiento de la profecía del avivamiento. 
Haz acontecer en mi vida y en mi fe esta obra de resurrección.
Que así sea!
Amén!
Aleluia!
Gloria a Dios!

Deja al Espíritu Santo llevarte a la experiencia de un gran clamor para,
entonces, poder revelar lo que el tiene para tu vida.
Ora todo lo que puedas en lenguas.

Sobre la base de "Profecia do Avivamento"
p. Roger Luis - Canção Nova.
Adaptación de textos originales en português.

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