lunes, 11 de abril de 2016

RESONAR DE LA PALABRA - 11 ABR 2016

Evangelio según San Juan 6,22-29. 
Después de que Jesús alimentó a unos cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos. Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste?". Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello". Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?". Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado". 
RESONAR DE LA PALABRA
Carlos Latorre, cmf
¡Buenos días, amigos!

La liturgia de este tiempo después de Pascua se alimenta sobre todo con la lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles, llamado también el quinto evangelio, porque narra el nacimiento y el desarrollo de la Iglesia. Hasta aquí los apóstoles han acaparado la atención de Lucas como si sólo ellos actuaran en nombre de Jesus. De ahora en adelante su interés se dirige a hacia los siete diáconos, especialmente hacia Esteban, el primer mártir de la Iglesia.

Esteban es un joven lleno de espíritu, entusiasta y valiente en el anuncio del Evangelio. Lo que las autoridades judías no consiguen discutiendo con él, lo intentan con una campaña de difamación para desacreditarlo ante el pueblo. Y, al final, consiguen que la gente se vuelva en contra de él. Lo acusan de blasfemia por hablar contra la Ley y el templo, símbolos de la identidad judía. En realidad lo que Esteban dice es que la Ley y el templo no han sido abolidos, sino substituidos por la persona de Jesús, cuya venida da cumplimiento justamente a la Ley y al templo. De ahora en adelante todos los hombres y mujeres de cualquier raza o cultura están invitados a creer en Jesús y a formar parte de la nueva comunidad de sus seguidores.

Las semejanzas entre el proceso contra Esteban y el que se siguió contra Jesús son muy grandes: ambos son arrestados por hablar contra el templo; ambos oran por sus verdugos y los perdonan. El martirio de Esteban inaugura en la Iglesia una realidad constante a lo largo de su historia, el martirio, que se está multiplicando en nuestros días.

En el evangelio de hoy se nos habla del Pan de Vida. El evangelista Juan no narra la institución de la Eucaristía en la última Cena, pero a lo largo de esta semana iremos escuchando el discurso de Jesús sobre el “pan de vida” que alimenta la fe de todo el que cree en Él. 
«Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre. La obra que Dios quiere es ésta, que creáis en el que él ha enviado.» Jesús mismo que se entrega en el pan partido nos da la vida eterna.

En la Misa final de la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia-Alemania el Papa Benedicto habló de la Eucaristía al millón de jóvenes que se habían reunido y habló de la victoria del amor sobre el odio, la victoria del amor sobre la muerte. Jesús puede distribuir su cuerpo en alimento, porque se da realmente a sí mismo por todos nosotros en la cruz. El cristiano ha de llegar a ser en la vida de cada día como una Eucaristía viviente por su entrega generosa. Sólo la eucaristía puede cambiar el corazón humano que vive centrado en un ciego deseo de dominio sobre los demás. La eucaristía puede cambiar el mundo.  Sólo la eucaristía puede hacerlo. Sólo la Eucaristía nos hará verdaderos apóstoles de Jesús.

Tu hermano en la fe.
Carlos Latorre
Misionero claretiano
fuente del comentario Ciudad Redonda org

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