miércoles, 5 de abril de 2017

Despertar


Uno de los primeros clamores que debe contener nuestra oración es el clamor de “despertar”.

Sí, es muy posible que aunque nuestros labios expresen un santo deseo,
nuestros sentidos espirituales en cambio,
estén dormidos y nada será posible percibir en ése estado.

¿Acaso es posible y real una relación de amistad entre sueños?
¿Qué diálogo acontece en esos momentos? Ninguno.

Se pronuncian palabras, palabras guardadas en el inconsciente,
pero sin posibilidad alguna de intercambio, de intimidad.

Nuestra vida espiritual muchas veces corre el riesgo de acomodarse, de amoldarse e ir perdiendo poco a poco, lentamente, la capacidad de percibir la vida que se mueve.
Es como ir entrando en un letargo que conduce a la dormición.
¡Despierta, alma mía!¡Despertad, salterio y arpa!¡Me levantaré de mañana!Te alabaré entre los pueblos,Señor;cantaré de Tí entre las nacionesSalmo 57:8,9
Es hora de despertar!
Es tiempo de vivir el dinamismo de la Gracia que Dios en nosotros sembró!

Bendecida jornada.
Miguel Angel Yunges
Comunidad Piedras Vivas

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