¡Buen día, Espíritu Santo!
Cada mañana, antes que todo aclare,
para comprender quien soy,
para entender hacia dónde voy,
para intuir Tu proyecto de Amor
¡preciso de Tu visita!
Porque Tú eres la Promesa del Padre,
Tú vienes a poner Tu morada en nombre del Hijo,
Tú eres la esperanza cierta,
la Luz que trae toda claridad.
Tú eres el que vuelves a hacer presente en mí,
la Voz Eterna, la Palabra Viva,
Tú y sólo Tú eres de quien todo lo quiero aprender,
en quien todo quiero vivir,
Aquel en el que puedo moverme en libertad,
en esperanza, en caridad.
Te ofrezco y consagro a Vos el inicio de ésta semana.
¡Haz Tu obra en mí!
Amén
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