martes, 9 de mayo de 2017

¿Tengo confianza en Dios o en mi mismo?

No es siempre que es posible caminar amparado por la seguridad.



Es feliz quien en la vida se apodera con todo lo que ella ofrece, y quien consigue percibir los hechos, las alegrías y en las decepciones realidades que acrecentará de una manera positiva al propio universo de compresión sobre la existencia. En algunas situaciones parece que la vida “nos pone una trampa”, cuando vemos nuestros sueños y todo lo que construimos desmoronarse. Algunas situaciones nos pueden enseñar mucho, llevándonos a comprender la vida de una manera más autentica y acompañada por Dios.

Muchas veces, sentimos “ganas de morir” cuando algo que deseamos mucho nos es quitado o no sucede; pero delante de algunas situaciones es necesario que el corazón haga algunos preguntas, si de hecho, lo que soñábamos era mejor para nosotros.

Es difícil ver nuestros proyectos desmoronarse, pero son momentos especiales para darnos cuenta si eran verdaderamente los sueños de Dios para nosotros.

Dios sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros, Él puede ver más allá de lo que conseguimos comprender, y cuando entregamos a Él las riendas de nuestra vida Su acción se hace real en todo y a través de todo, sacándonos de los caminos tortuosos y nos conduce por el camino correcto, incluso cuando no somos capaces de percibirlo.

A menudo, construimos nuestras historias y pautamos nuestras decisiones en nuestros ideales, protegiéndonos solo en nuestras convicciones personales, sin someter a Dios nuestras voluntades. Actuando así corremos el riesgo de vivir constantemente frustrados, porque confiamos en nuestras propias fuerzas y no en Aquel que verdaderamente sabe de lo que precisamos.

Dios nos conoce mejor que nosotros mismo; Él sabe lo que realmente, de hecho, nos realiza en nuestra esencia.

El Cristianismo es un territorio donde la confianza se establece como una “necesidad”, porque no siempre es posible caminar apoyados en las certezas en que deseamos anclar nuestra historia.

La certeza que necesitamos anclar en nuestros pasos es aquella que nace de la confianza en Dios que cuida de nosotros y que siempre tiene lo mejor para nosotros, incluso cuando todo parece oscuro.

Dios siempre esta actuando en Su obra y haciéndonos mejores. Es necesario que confiemos en Él y en su manera de actuar, y no sólo en nuestras fuerzas y convicciones.

Dios tiene lo mejor para nosotros siempre... Debemos confiar y permitir que Él conduzca todas las cosas, porque Él sabe lo que es el mejor.

Adriano Zandoná
Comunidad Canción Nueva
fuente Portal Canción Nueva

No hay comentarios:

Publicar un comentario