“¿Los invitados de la boda pueden ellos mismos ayunar mientras que el Esposo está con ellos?”
Nosotros habiendo salido de Siria por la provincia de Egipto, deseosos de allí aprender los principios de los antiguos monjes, nos hemos sorprendido de la gran cordialidad con la que hemos sido recibidos. Contrariamente a lo que nos habían enseñado en los monasterios de Palestina, no se guardaba la regla de esperar la hora fija para la comida, excepto el miércoles y el viernes, allí nosotros rompimos el ayuno. Uno de los ancianos, a quien preguntamos el por qué, según ellos, se omitían los ayunos cotidianos fácilmente, nos respondía: “El ayuno está siempre conmigo, pero vosotros, bien pronto os vais a despedir, yo no podría cuidar de vosotros sin descansar en lo mío”Y el ayuno, que es útil y necesario, es por tanto la ofrenda de un presente voluntario, mientras que el cumplimiento de obrar la caridad es la exigencia absoluta del precepto. También, acogiendo en vosotros a Cristo, yo debo comer, y después de tener dado descanso, yo podré compensar en mi el ayuno más estricto la humanidad que me habéis manifestado en consideración a Cristo. En efecto, “los amigos del esposo no pueden ayunar mientras que el esposo está con ellos, pero cuando él esté ausente, entonces lo podrán hacer”.
San Juan Casiano (c. 360-435)
fundador de la Abadía de Marsella
Conferencias.
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