Comencemos nuestra experiencia...
+ En el Nombre del Padre,
+ del Hijo
+ y del Espíritu Santo. Amén.
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de Tus fieles y enciende en ellos el Fuego de Tu Amor.
Envía, Señor Tu Espíritu,
todo será creado y renovarás la faz de la tierra.
Oremos:
Oh Dios, que instruiste los corazones de Tus fieles con la luz del Espíritu Santo,
haz que apreciemos rectamente todas las cosas,
según Tu Santo Espíritu
y gocemos de Sus consuelos,
Por Cristo Nuestro Señor.
¡Amén!
Te pedimos, Señor, que esta Palabra se vuelva viva y eficaz
en nuestra vida y no vuelva a Tí, Señor sin producir en nosotros el efecto esperado.
Profeta Jeremías 20,7
"¡Tú me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir!¡Me has forzado y has prevalecido!Soy motivo de risa todo el día, todos se burlan de mí.
Como vimos, Jeremías fue tentado, probado, perseguido, humillado, amenazado y, como ser humano, muchas veces pensó en desistir y volver atrás. El testimonió: "Soy motivo de risa todo el día, todos se burlan de mi". El dejó a la Palabra provocarlo, y fue seducido por el Señor. La Palabra seducción es fuerte, y su significado, profundo. Seducir es la capacidad de encantar al otro con fines de alcanzar determinados objetivos. ¿Cuál era el objetivo de Dios al seducir a Jeremías? Que El fuese Su boca y la señal de conversión en medio de aquel pueblo que se desvió del proyecto del Señor, se decidió por seguir a los ídolos, era permisivo y no vivía la Palabra con fidelidad. El proceso es doble: Dios que quiere seducir, Jeremías que se deja seducir.
¿Ya te has preguntado el porqué de Dios ha cambiado su vida hasta seducirlo? No tengo dudas de que El quiere hacer de ti y de tu vida una señal profética en esta generación. Y, yendo más allá, hay otra pregunta: ¿Te has dejado seducir por el Señor? Mira tu vida, tus sentimientos y todo lo que vives y responde a Dios. Una cosa es cierta, el Señor quiere seducirte y viene intentando esto hace mucho tiempo, por eso, El solo conseguirá hacerlo si tu haces tu parte, o sea, abrir el corazón para dejarlo encantar, conquistar, amar y transformar. A partir de entonces, nada de lo que acontezca, sean persecuciones, humillaciones, sufrimientos, dificultades, superarán esa experiencia de seducción y de conquista del Señor. Jeremías, después de esta linda experiencia, perseveró hasta el fin, paso por innumerables sufrimientos y continuó honrando a Dios con su propia vida, cumpliendo el objetivo por el cual el Señor Dios lo había seducido. Deseo que Dios te seduzca como sedujo a Jeremías, que El sea mas fuerte que vos y tu voluntad.
Mortificación
Colócate delante de Dios en oración y deja que El able.
Contempla la belleza, la santidad y el amor de Dios y,
en esa experiencia, permítete ser seducido.
Oración de clamor
Espíritu Santo,
sé que existe un objetivo de parte del Padre para mi ida
y quiero descubrir y vivir todo aquello que El tiene para mi.
En muchos momentos, se que te he puesto condiciones y me he cerrado a una experiencia de Dios.
Verdaderamente hoy quiero abrirme delante de Ti,
abrir mi corazón y mi vida para hacer una experiencia nueva.
Quiero parar de huir de Tu voluntad, parar de hacer apenas mi voluntad y rendirme a Tu querer,
a Tu mover.
Confieso que he corrido y siento vergüenza de eso, y no puedo más esconderme; corrí, sí, huí de Tu Santa voluntad, me escondí por tener miedo, por no querer exponerme, por miedo de lo que las personas pudieran decir y pensar.
Señor, perdón por mis pecados de omisión delante de todo lo que Tu querías hacer por mi intermedio.
Tal vez muchas personas se hallan apartado de Ti o se han perdido por mis omisiones,
por eso te pido perdón, Señor.
Cuantos movimientos proféticos yo escondí, cuántas palabras que me vinieron y yo silencié, cuanta inspiración enterrada por miedo y este miedo fue falta de fe de mi parte, Señor, fue una actitud de confianza solamente en mi, y no en Ti.
Seguir Tu voluntad no es una cosa simple,
pues el cristianismo me provoca a cambiar constantemente,
no me deja parado, estático.
Quiero hoy dejarme seducir.
Sé más fuerte que yo, subyúgame y llévame a Tu Santa Voluntad.
Que Tu Santo Espíritu, Señor, me queme por dentro,
queme mis huesos y mi corazón,
a semejanza del profeta Jeremías,
y que pueda testimoniar, con fe y osadía:
me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir.
Aleluia!
Gloria a Dios!
Deja al Espíritu Santo llevarte a la experiencia de un gran clamor para,
entonces, poder revelar lo que el tiene para tu vida.
Ora todo lo que puedas en lenguas.
Sobre la base de "Profecia do Avivamento"
p. Roger Luis - Canção Nova.
Adaptación de textos originales en português.
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