viernes, 6 de enero de 2017

¿Cómo tener el mejor año de tu vida?


Debemos prepararnos para vivir este año

Es común que las personas se saluden y se hagan votos de felicidad, realización y prosperidad unos a otros. La frase: “Mucho dinero, salud para dar y vender” es célebre en este tiempo.

Eso es bueno, porque percibimos que la mayoría de los seres humanos tiene buena intención y desea el bien. Sin embargo, cuando expresamos y deseamos el bien al otro, nos referimos, casi siempre a lo material o a lo emocional, o sea, a lo que es pasajero y frágil. La prueba de eso es que, cuando alcanzamos ese tipo de alegría, nos satisfacemos en el momento, pero eso no alcanza. Esas conquistas, a lo sumo, pueden traer la sensación de deber cumplido para una etapa de la vida, como el estudio por ejemplo. Si hacemos el viaje de nuestros sueños, querremos viajar una vez más; si adquirimos un bien, este se despreciará y, de un momento a otro, perderá su status; si nos formamos académicamente en algún área, este conocimiento quedará desactualizado exigiendo que hagamos otros cursos; en el área afectiva tendremos siempre el desafío de mantener el vínculo con las demás personas y que no estaremos bien con nadie si no nos encontramos con nosotros mismos primeramente.

Y, dígase de paso, hasta entre nosotros los cristianos, que nos jactamos de ser más “espirituales”, cuando decimos “Feliz año nuevo”, generalmente nos referimos a una felicidad que coloque a la persona en una comodidad emocional y espiritual. Deseamos una paz que sea el resultado de la ausencia de cualquier desafío, queremos que el otro alcance el milagro como si se tratase de un pase mágico, muchas veces sin el efecto que el proceso de la búsqueda de la gracia construye en la persona.

Por eso, nos cansamos cuando corriendo detrás de una falsa realización, que no es más que éxtasis del momento, y no invertimos en la verdadera felicidad y en el sentido existencial. Ningún año será bueno o suficiente para quien alimenta su alma y su corazón, que pertenecen al cielo, de cosas terrenas.

Justamente, para no quedarnos con la impresión de las cosas pasajeras, es que quiero proponer consejos para tener el mejor año de tu vida, pues hablaremos aquí de todo lo que envuelve al ser humano.

AMA MÁS

Amar más, no quiere decir que beses más, que tengas más parejas. Amar significa amar a todas, también a aquellas personas que no merecen tu amor y ni siquiera tu consideración. Jesús ya dijo: “Si aman solamente a los que lo ama, ¿qué recompensa tendrás? (…) ¿No hacen esto también los paganos? (Mt 5,45-46). Cualquiera tiene buenos sentimientos para con quienes le hacen bien, el desafío aquí es amar de verdad. Da chances a las personas que no te gustan, o que te decepcionaron.

Y el perdón es una de las fases más nobles del amor. Da el perdón a quien te lastimó, a quien te hirió, eso primeramente te va a liberar de los malos sentimientos, de tu orgullo de considerarte el perjudicado (tal vez lo seas) y estar esperando que de alguna manera el agresor sea castigado (si no es por la justicia humano por la justicia divina). Liberarse de todo resquicio de rencor y de odio dará alivio a tu corazón y a tu alma. A veces nos agarramos tanto a la voluntad de justicia que nos convertimos en justicieros. Quien desea el mal tiene mal adentro, y es imposible ser feliz cargando el mal.

Al contrario, quien ama trae amor en sí y el amor nunca causa prejuicios, pues si amas has crecido espiritualmente.

¿Cuántas personas, aunque fueron decepcionadas, con sensación de derrotas, y logran dormir tranquilas porque pudieron decir finalmente: “Hice todo lo que podía por el otro”?

Amar solo nos hace mejores. Quien no ama, se vuelve peor persona.

Amar no es solo en una relación de novio o de esposos, sino también en las amistades, familiares y otras.

Y el amor y el perdón no dependen de sentimientos, sino de decisión. Puedes sentir rabia, pero decidir tener actitudes cristianas – eso es amar- con quien te ofendió; la rabia y la ira se quiebra de a poco. Deja que el amor entre definitivamente en tu vida y verás que la felicidad entrará también.

RECLAMA MEMOS

Cuando no lanzamos palabras maldicientes, fruto de nuestra opinión que a veces es equivocada, proporcionamos al menos algunos segundos de reflexión interior. Eso no hace mirar nuevamente, más despacio y con mayor atención, los hechos, dándonos la posibilidad de responder mejor a las cosas que suceden.

Cuando meditamos los hechos, podemos ver también salidas, posibilidades y adecuaciones a lo ocurrido.

Reclamar puede bloquear en partes ese proceso interior. Además el “quejoso” es una persona difícil de lidiar.

HAZ EL BIEN

El mundo necesita, con urgencia, de gente que promueva el bien. Puedes sumarte a una causa, pero dentro de nuestras casas y de nuestros ambientes de lugares existen varias realidades de personas que necesitan una “manito”.

Acostumbro a decir que hacer algo por otro con gratuidad da más alegría que realzar alguna cosa por nosotros mismos. ¿Quieres ver? Imagínate, yendo a comprar una ropa para ti. Llegas al local, escoge una linda ropa, pagas y sales del local contento. Cuando llegas a la esquina encuentras a una madre con su hijo, ambos con frío. No piensas dos veces y le das tu ropa, recién comprada.

¿Qué sentimiento te satisface más, comprar algo o haber donado algo a quien o necesitaba?

En vez de pelear en el tránsito, cede el paso. Da preferencia lo que desea tu cónyuge, tu pareja. Ayuda a tus padres con las cosas de la casa. Estas actitudes dan liviandad a nuestra alma, pues “hay más alegría en dar que recibir”.

Te desafío a hacer estas experiencias y ver si la felicidad no invade tu corazón.

PROPONETE METAS

No porque estemos intentando plasmar las cosas del cielo en nosotros, eliminamos toda dimensión terrena. Para tener el mejor año de tu vida, todas las áreas de nuestra humanidad necesitan atención. Es importante tener objetivos materiales, intelectuales y emocionales.

Estudia, invierte en un bien, busca tener emociones equilibradas.

Además, ten metas espirituales también. Es más, el próximo consejo es eso.

ORA MÁS

Ten más intimidad con el Señor. Invierte en la oración personal, individual. “Cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en el secreto” (Mt 6,6) y también ora en grupo: “Si dos de ustedes se unen para pedir…” (Mt 18,19).

Lee la Palabra de Dios, haz el propósito de ir más a la Santa Misa, a la confesión, a los sacramentos. Dios te quiere orientar según la Sabiduría que es Él mismo, es don del Espíritu Santo, pues la inteligencia y la percepción humana son limitadas.

Permanece atento a las sutilezas de Dios. El mundo en que Él se manifiesta y revela su voluntad para tu vida.

SIMPLIFICA LAS COSAS

Simplifica, favorece, quita las trabas, las manías que tienes, en favor de lo que los demás necesitan o requieren.

Explica las cosas a las personas, dialoga, proponte salir de casa con buen humor, a recibir bien a las personas, prefiere servir. Anticípate a las necesidades de los demás.

PIERDE TIEMPO

“Gasta” tiempo con tus hijos, con tu cónyuge, juega más, haz cosas inéditas con quienes amas, con quienes comparten la vida contigo. Los momentos que marcaron nuestras vidas, en general, son aquellos en los que perdimos el tiempo en cosas simples.

En fin, busca en este año nuevo elevar el alma y el espíritu, pues ahí está el secreto de la verdadera realización. Invierte en tu humanidad, pero no te quedes solamente en la dimensión terrena, invierte también en las cosas que no pasan, en las cosas que imprimen lo eterno en nuestra alma.

Si sigues estos consejos, seguramente tendrás el mejor año de tu vida. Si ya venías haciendo esto, continúa, y el 2017, 2018 serán cada vez mejores.

¡Feliz año nuevo para ti!
¡Dios te bendiga!
Sandro Arquejada

Misionero de la Comunidad Canción Nueva, formado en Administración de Empresas por la Facultad Salesiana Lins (SP). Actualmente trabaja en el sector de Internet de Canción Nueva, donde actúa como productor de contenido. Autor de libros por la Editora Canción Nueva, publicó tres obras: “María, humana como nosotros”; “Las cinco fases del noviazgo” y “Rosario de los hombres: la gran misión masculina”.

fuente Canción Nueva en español

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