“La presencia del demonio está en la primera página de la Biblia y la Biblia concluye también con la presencia del demonio, con la victoria de Dios sobre el demonio" (Papa Francisco 11/10/2013).
Cuando el tema es hablar del demonio, en general, corremos siempre dos riesgos grandes:
Cuando el tema es hablar del demonio, en general, corremos siempre dos riesgos grandes:
- El primero es el de pensar que el no existe de la forma como las personas viven diciendo y que su acción ya no sucede en nuestro medio, y que, por lo tanto, se debe despreciar la existencia de él.
- Lo segundo es imaginar que el está en todo, en cada mala acción que hacemos, en todos nuestros pecados y que el nos persigue todo el tiempo para hacernos caer.
El primer punto a ser analisado es que el diablo existe, es real, y que está actuando en medio nuestro para llevanor a la muerte y para sacarnos completamente de los caminos de Dios.
San Pablo, en la carta a los Efesios, ya nos alerta, de forma muy clara, sobre como es la acción del diablo en nuestras vidas y cual es la estrategia que el usa para intentar actuar en nuestro medio:
“Víste la armadura de Dios para poder resistir las maniobras del maligno" (Ef. 6,11).
El apóstol Pablo lo llama "maniobrista". Ya sabes lo que puede hacer un "maniobrista" al subirse a un auto con el fin de intentar estacionarlo. El va a la derecha, vuelve a la izquierda, va para adelante, va para atrás, hasta conseguir entrar con el automóvil en aquel espacio que, en general, sólo un experto consigue entrar.
El diablo, como "maniobrista" que es, hace lo mismo para entrar en nuestras vidas. Intenta por todos los medios una brecha para poder instalarse. Así como el apóstol de los gentiles lo llama "maniobrista", podríamos sin miedo llamarlo "estratega!"
El diablo, juntamente con sus demonios, tiene como propósito molestar a la humanidad y a los hijos de Dios. Para eso es importante saber como piensas esos demonios y como ellos trabajan para conseguir lo que quieren.
Quiero tomar como base el Evangelio de San Mateo, capítulo 12, 43-45, por medio del cual intentaré, de forma breve, mostrar una de las estrategias del demonio en nuestras vidas: "Cuando un espíritu malo sale de un hombre, él queda vagando por lugares desierto, procurando reposo, y no lo encuentra. Entonces él dice: "voy a volver para la casa de donde salí". Cuando él llega, encuentra la casa vacía, barridas y arreglada. Entonces él vuelve, trae consigo otros siete espíritus peores que él. Ellos entran y moran ahí, por eso, ese hombre queda en una condición peor que antes. Es lo que va a acontecer con ésta generación mala"
Quiero tomar como base el Evangelio de San Mateo, capítulo 12, 43-45, por medio del cual intentaré, de forma breve, mostrar una de las estrategias del demonio en nuestras vidas: "Cuando un espíritu malo sale de un hombre, él queda vagando por lugares desierto, procurando reposo, y no lo encuentra. Entonces él dice: "voy a volver para la casa de donde salí". Cuando él llega, encuentra la casa vacía, barridas y arreglada. Entonces él vuelve, trae consigo otros siete espíritus peores que él. Ellos entran y moran ahí, por eso, ese hombre queda en una condición peor que antes. Es lo que va a acontecer con ésta generación mala"
La primer cuestión a notar es que la Palabra dice: "Cuando un espíritu malo sale de un hombre, él queda vagando (...)" Eso significa que los demonios están constantemente en búsqueda de una habitación. La Palabra dice que ellos "salen de un hombre". Si ellos salen, luego significa que estaban "dentro" o muy "próximos" de ellos. Y al salir los demonios quedan "vagando", como procurando una habitación, otra casa. ¿Y eso por qué? ¿Por qué procurar una casa, una habitación?
Tal vez porque ellos ya han perdido un día su primera casa y de allá fueron expulsados para siempre. Y hay una segunda habitación para los demonios, llamada "de las profundidades", pero ellos no quieren quedan allá, tanto que prefieren entrar en chanchos a ser enviados a las profundidades. (cfr. Mc 1,30)
La Palabra también afirma que ellos están vagando por "lugares desiertos". Eso significa que los demonios gustan habitar en lugares "desiertos". En general lugares desérticos son lugares vacíos, sin vida, o con poca vida a su alrededor. Y el demonio cree que puede, al encontrar ese lugar desierto, apropiarse de él como si fuese su casa, su habitación.
La Palabra también afirma que ellos están vagando por "lugares desiertos". Eso significa que los demonios gustan habitar en lugares "desiertos". En general lugares desérticos son lugares vacíos, sin vida, o con poca vida a su alrededor. Y el demonio cree que puede, al encontrar ese lugar desierto, apropiarse de él como si fuese su casa, su habitación.
Por eso, mi hermano, mi hermana, mucho cuidado con los lugares desérticos y sin vida que hallas dejado en tu corazón!. Cuidado con los vacíos de tu interior, cuidado con los desiertos que deberían estar llenos de la presencia de Dios y no lo están!
La Palabra también usa el término "procurando reposo". Eso significa que los demonios saben buscar, saben analizar, son seres exploradores, con gran capacidad de observación.
Ellos buscan "reposo". Pero, en verdad, éste reposo no es un reposo común, como nosotros conocemos. Ese reposo es en el sentido de satisfacerse con algo.
Y que satisfacción es esa que el demonio busca cuando encuentra una "casa vacía"? La satisfacción en verla en el sufrimiento y en dolores. Por lo tanto, él procura una casa vacía para entrar y habitar, a fin de alimentarse de sufrimientos y del dolor como satisfacción.
Esa ha sido una de las estrategias más utilizadas por el demonio. Porque el se aprovecha de momentos en que estamos frágiles, sin fuerzas, vacíos... Y al encontrarnos así, como a "el le gusta", él hace de todo para ganar el territorio de nuestro corazón, de nuestros sentimientos y de nuestras emociones!
Te dejo una pregunta como reflexión: Cómo saber si realmente el demonio intenta en mí una casa, una habitación para habitar, para hospedarse? La respuesta es la siguiente: Mira como está tu corazón. Evalúa lo que está dentro de tu interior.
¿Hay vida de Dios en vos?
¿Estás sembrando las cosas de Dios en tu corazón, ejercitando la caridad para que no existan lugares desérticos en tu interior?
No existe otro modo de combatir el mal y al maligno a no ser llenarse de Dios!
Percibe que hay diferencia entre una casa vacía, barrida y arreglada y una casa desértica, vacía y sin vida.
El camino más seguro para llenarse de Dios es el camino de la oración.
Necesitamos orar y orar siempre!
Es por medio de la oración que el mal se aparta de nosotros y es que el Espíritu Santo nos llene con Su presencia.
Pero, ¿y si no rezo, no me confieso y dejo de ir a la iglesia? ¡cuidado! Muy probablemente estés siendo observado!
¡Dios te Bendiga!
Danilo Gesualdo
Comunidade Canção Nova
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