El primer discípulo del Señor
Andrés fue el primero en reconocer al Señor como su Maestro...; dejó atrás las enseñanzas de Juan Bautista para entrar en el seguimiento de Cristo... a la luz de la lámpara (Jn 5,35), buscaba la verdadera luz; bajo su leve resplandor, se ocultaba el esplendor de Cristo... De maestro que era, Juan Bautista se convirtió en servidor y heraldo de Cristo presente ante él: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” (Jn 1,29) Este es el que salva de la muerte; éste es el que destruye el pecado. Yo soy el enviado, no el esposo, pero soy el que acompaña al esposo. (Jn 3,29) Yo he venido como servidor, no como maestro.
Empujado por estas palabras, Andrés abandona su antiguo maestro y corre hacia aquel que éste anunciaba... su deseo se manifiesta en su diligencia... llevando consigo a Juan, el evangelista. Los dos abandonan la antorcha (cf Jn 5,35) para seguir al sol... Andrés es la primera planta del jardín de los apóstoles, es él quien abre la puerta a la enseñanza de Cristo, él es el primero en recoger los frutos del campo cultivado por los profetas... Fue el primero en reconocer al profeta del cual Moisés había dicho: “El Señor, tu Dios, te suscitará de entre los tuyos, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él lo escucharéis.” (Dt 18,15)... Reconoció a aquel que anunciaron los profetas y condujo a su hermano Pedro hacia él. Le muestra a Pedro su tesoro: “Hemos encontrado al Mesías, (Jn 1,14) a aquel que anhelábamos. Esperábamos su venida: ven ahora a gustar de su presencia”... Andrés conduce a su hermano a Cristo... Era su primer milagro.
Basilio de Seleucia (¿-c. 468)
obispo
Sermón en alabanza a San Andrés, 2-3; PG 18, 1103; atribuido a san Atanasio
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