Evangelio según San Mateo 7,21.24-27.
Jesús dijo a sus discípulos:"No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".
Discernir la voluntad de Dios
Conocer la voluntad de Dios no es un trabajo fácil. Hay tres cosas que podemos hacer:
1) Tener el más profundo deseo de hacer la Voluntad de Dios;
2) Hacer lo mejor posible para discernir a través de la oración y la consulta espiritual;
3) Abandonarse totalmente en las manos de Dios. La oración de San Ignacio de Loyola, gran maestro en el discernimiento de espíritus, puede ayudarnos:
"Toma, Señor, y recibe toda mi libertad,mi memoria, mi entendimientoy toda mi voluntad,todo lo que tengo y llamo mío.Me lo has dado todo.A ti, Señor, te lo devuelvo.Todo es tuyo; haz con él lo que quieras.Dame sólo tu amor y tu gracia,Eso es suficiente para mí".
Paulson Veliyannoor, CMF
fuente. Ciudad Redonda
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