«Está cerca el Reino de los cielos»
«Venga a nosotros tu reino» (Mt 6,10). Pedimos que el reino de Dios de realice, en el mismo sentido en que imploramos que su nombre sea santificado en nosotros. En efecto, ¿cuándo es que Dios no reina? ¿Cuándo ha comenzado a ser lo que en él siempre ha existido y jamás dejará de existir? Pedimos, pues, que venga nuestro reino, el que Dios nos ha prometido, aquel que Cristo nos ha alcanzado por su Pasión y su sangre. Así, después de haber sido esclavos en este mundo, seremos reyes cuando Cristo será soberano, tal como él mismo nos lo ha prometido cuando dice: «Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo» (Mt 25,34).
Pero es posible, amados hermanos, que Cristo en persona sea este reino de Dios, del cual cada día deseamos la venida, del cual deseamos que su venida llegue pronto a nosotros. Porque, de la misma manera que él «es la resurrección» (Jn 11,25), puesto que resucitaremos en él, lo mismo se puede comprender del reino de Dios, puesto que es en él que reinaremos.
San Cipriano (c. 200-258)
obispo de Cartago y mártir
Sobre la oración del Señor, 94
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