El secreto para todo es colocarse en oración ante toda y cualquier situación: “Oren sin cesar” (1º Tes 5,17)
Un sacerdote siempre decía así en sus homilías: “La oración pone todo en su lugar”. Esa era su experiencia y debe ser la nuestra también. Muchas veces, en vez de usar el arma de la oración, recurrimos a la habladuría o a la murmuración, que no sirven de nada, al contrario, perjudican.
Con seguridad, no faltan ocasiones para orar, por eso la sabiduría nos enseña que debemos orar sin cesar. Trabajando, jugando, acostados o caminando, invoquemos el nombre de Jesús porque “ante el nombre de Jesús se dobla toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los abismos” (Flp 2,10)
Gracias, Señor, porque estas en medio nuestro.
¡Jesús, en vos confío!
Traducción: Exequiel Alvarez
fuente: Portal en español CANCIÓN NUEVA
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