Nuestra vida debe ser conducida por la Palabra de Dios,
pues sólo así seremos felices en nuestro diario vivir.
El Evangelio de Mateo 19,21 dice:
“Si quieres ser perfecto,
Ve, vende tus bienes, da el dinero a los pobres
y tendrás un tesoro en el cielo, después ven, y sígueme”.
Jesús dice eso a un joven que quería seguirlo,
Pero el Señor quiso probarlo en el mirar,
Jesús quería entrar en el corazón de él,
quería el desapego de aquel joven, por eso pidió que él abriese la mano
Hasta de poseerse a sí mismo,
pues solo es feliz quien consigue desapegarse.
Nuestras preocupaciones no son fáciles de ser evitadas,
están algunas veces, centradas en los bienes temporales,
como le sucedió a éste joven rico.
Quien no tiene un corazón abierto para acoger la invitación de Cristo
será un eterno frustrado, pues nuestras tristezas
vienen de nuestro apego.
No tengamos, por lo tanto, miedo a perder las cosas o las personas.
El Señor nos llama: “¡Ven y sígueme!”
Jesús en Vos confío!
Luzia Santiago
Co-Fundadora Comunidad Canción Nueva.
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