sábado, 27 de abril de 2013

Cultivando la alegría


“Vive ilusionado y consuela tu corazón, y aparta lejos de ti la tristeza, porque la tristeza fue la perdición de muchos y no se saca de ella ningún provecho. La envidia y la ira acortan la vida y las preocupaciones hacen envejecer antes de tiempo. Un hombre de corazón alegre tiene buen apetito y lo que come le hace provecho” (Ecl 30, 23-25).
La alegría es tan importante como el desarrollo de la inteligencia.
Es sabio dedicarse al cultivo de la alegría. Como en la agricultura, todo cultivo requiere cuidado. ¡Cultivar la alegría es cosa de gente inteligente, de gente astuta!
Existen momentos en nuestras vidas en que necesitamos dar un punto final en la tristeza.
Mi madre fue una de las personas que eligió cultivar la alegría en su corazón. Ella sufrió demasiado con la muerte de mi hermano mayor y, durante mucho tiempo, la tristeza envolvió su interior. Piensa en una mujer que, a lo largo de su vida, toda su energía estuvo orientada a dar atención para el bien de los demás, y sumado a ese desgaste, vino la pérdida de un hijo de manera sorpresiva! La tristeza había habitado en su interior.
Un día, le dije a ella: “Mamá, mírame. ¡Mario se fue! ¡Pero yo estoy aquí!”
Ella necesitaba reaccionar aun siendo mayor de edad. Aún en el intenso dolor, ella eligió vivir la alegría y la paz que solo Jesús nos da. Mi madre tuvo que quitar los ojos de mi hermano y mirarme a mí. ¡Ella decidió, en aquel momento, dejar la tristeza de lado y cultivar la alegría por mí!
No sé tu edad, ni tampoco cuáles son tus perdidas. Sólo sé de una cosa: ¡ya es hora de reaccionar! Mira a Jesús, porque Él puede dar alegría completa. ¡Sé alegre y genera alegría, así verás que gratificante es! Sólo conseguiremos contagiar una sociedad con la “alegría completa” si estamos conectados a Jesús. Él es la verdadera esperanza, él es la verdadera alegría.
Haz una radiografía de tu vida, mírate al espejo y pregunta: ¿Soy alegre? ¿Soy feliz? Después de eso, sigue mirando el espejo e imagina la próxima generación feliz y alegre. ¿Esto es posible o imposible?
Afirmar que el mundo necesita de tu alegría. ¿Eso es imposible?
“Generar alegría en los demás” es a lo que debemos aspirar.
En esta vida, podemos ser dos cosas: instrumento de vida o de muerte.
¿De qué lado estás?
¡Sé un experto en hacer el bien!
¿Quién no quiere tener alegría en el corazón?
¿Conoces personas inteligentes y sabias, pero tristes?
¿Qué haz cultivado en tu corazón?
¿Todo lo que eres y haces ha sido suficiente para causar alegría?
Cultivar la tristeza es pecado grave. ¡Un fruto que cada uno debe dar es el fruto de la alegría, un tesoro inagotable de santidad!

Cleto Coelho
 Canção Nova
 Fuente Portal Canción Nueva en español.
 Sobre una adaptación y traducción de Thaís Rufino de Azevedo

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