«No aprovecharse nunca del propio rol para aplastar a los demás, ¡nunca ganar sobre la piel de los más débiles! Y estar alerta, para no caer en la vanidad, para no obsesionarnos con las apariencias, perdiendo la sustancia y viviendo en la superficialidad. Preguntémonos, nos ayudará: en lo que decimos y hacemos, ¿deseamos ser apreciados y gratificado o dar un servicio a Dios y al prójimo, especialmente a los más débiles? Estemos alerta sobre las falsedades del corazón, sobre la hipocresía, ¡que es una enfermedad peligrosa del alma!»
Francisco
Ángelus
07-11-2021
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