lunes, 28 de diciembre de 2015

¿Como protegernos de los ataques del enemigo?

Lo que necesitamos es luchar contra todo lo que nos aleja del amor de Dios 

Cierta mañana,un niño se acercó a su abuelo y le preguntó.”abuelito, dentro de mi corazón vive un lobo y una oveja. ¿Cuál de los dos va a crecer? Y su abuelito le respondió: crecerá aquel a quien tu alimentes”.

combateespiritual

Dentro de nosotros también viven un lobo y una oveja. El lobo se alimenta de nuestros pecados y la oveja de nuestra santidad. Mientras tanto, todos los dias, somos influenciados por las fuerzas del mal que intentan alejarnos del amor de Dios. El enemigo es perspicaz y actúa silenciosamente en las fuentes del sentimiento: el corazón. En este silencio, el enemigo busca alimentar nuestro lobo interior llevándonos a decir ‘si’ al pecado. El pecado alimenta el mal en nosotros. Sin embargo, siempre tendremos la libertad de decir sí o no frente al ataque del enemigo. Las Sagradas Escrituras nos orientan para vencer las guerras del terrorismo espiritual que el enemigo intenta implantar en nuestra alma.

Lo que necesitamos es luchar contra todo lo que nos aleja del amor de Dios . “Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo lo que es terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos deseos y también la avaricia, que es una forma de idolatría” (Col 3,5).

Es necesario abandonar sentimientos, palabras y acciones que desfiguran nuestra identidad divina:  es necesario que acaben con la ira, el rencor, la maldad, las injurias y las conversaciones groseras. (Col 3,8).

La búsqueda de la santidad nos capacita a alimentar nuestro corazón con el amor a los hermanos “Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección.” (Col 3,12-14).

La búsqueda por las cosas de lo alto nos hace caminar con el corazón en Dios y con una mirada de misericordia con los hermanos y hermanas. ‘La sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera’ (Santiago 3,17).

Silenciar frente a un ataque es el camino para no alimentar la maldad en el corazón de quien busca crear guerras y divisiones: ‘Sin leña se apaga el fuego, y si no hay un detractor se apacigua la pelea. (Proverbios 26,20).

El camino de la victoria por la paz es reconciliarse con sus sentimientos: ‘¿De dónde provienen las luchas y las querellas que hay entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que combaten en sus mismos miembros? Ustedes ambicionan, y si no consiguen lo que desean, matan; envidian, y al no alcanzar lo que pretenden, combaten y se hacen la guerra. Ustedes no tienen, porque no piden. O bien, piden y no reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones. (Santiago 4,1-3).

Todo lo que disminuye al otro en su dignidad es un plato lleno de maldad para engordar al lobo que se saciará de  desrespeto: ‘Hermanos, no hablen mal los unos de los otros. El que habla en contra de un hermano o lo condena, habla en contra de la Ley y la condena. Ahora bien, si tú condenas la Ley, no eres cumplidor de la Ley, sino juez de la misma.(Santiago 4,11).

Para vencer un ataque es necesario cultivar una vida de oración cimentada en la Palabra de Dios. Nuestra alma se alimenta de lo que le ofrecemos.

Padre Flávio Sobreiro
Bachiller en Filosofía. Teólogo por la Facultad Católica de Pouso Alegre- MT. Vicario Parroquial de Canción Nueva

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