jueves, 17 de diciembre de 2015

Meditación: Mateo 1, 1-17

Debido a que este pasaje es una genealogía, es fácil interpretarlo como dato histórico sin mayor trascendencia. Sin embargo, si miramos con más detenimiento, veremos que nos revela que Mateo no estaba sólo dejando constancia del linaje terreno de Jesús, sino lanzando un desafío a nuestros planteamientos.

Siguiendo el linaje de Jesús hasta Abraham, se menciona a Jesús dentro del legado histórico del pueblo judío y junto a todos los grandes personajes de Israel. Pero el evangelista rompió con la tradición de seguir únicamente la línea paterna al mencionar a cuatro mujeres del Antiguo Testamento que Dios decidió incluir en la lista de antepasados de Jesús: Tamar, Rajab, Rut y Betsabé. Dos de ellas se prostituyeron, tres eran extranjeras y una cedió y cayó en adulterio.

A pesar de que era costumbre de la época presentar las genealogías de los grandes personajes de la historia judía, la extraña presencia de estas mujeres en el linaje de Jesús es inesperada, porque marca un distanciamiento de las expectativas humanas: ¡Jesús no vino a dejar todo tal como estaba, sino a generar un cambio y una transformación radicales!

Durante este tiempo de preparación que es el Adviento, deja que esta genealogía te lleve a reconocer que los caminos de Dios no siempre coinciden con tus expectativas de cómo ha de ser la vida cristiana. ¿Estás teniendo dificultades? ¿Existen personas o situaciones que son como piedras en el camino? ¡No te sorprendas! Dios quiere entrar en tu vida en esta temporada de promesa posiblemente de la manera que menos lo esperas. Deja que Dios te cambie por completo; descubre que puedes amar a esas personas que consideras difíciles; observa que, por medio de la oración, Dios puede obrar milagros de sanación física y espiritual. Tú puedes ser el instrumento de la paz de Dios allí donde reina el caos o la aflicción.

Prepárate para la Navidad pensando en las situaciones que más te cueste aceptar o que consideres más desconcertantes, y preséntaselas a Dios en este Adviento. Deja que él renueve tus pensamientos y los revitalice. Espera que Dios se te manifieste no sólo cuando rezas y asistes a la Misa sino en todos los instantes de tu vida. ¡Te sorprenderá!
“Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el camino de la salvación.”
fuente Devocionario Católico La Palabra con nosotros.

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