lunes, 7 de diciembre de 2015

El problema del problema

En nuestro andar somos testigos de expresiones que suelen decir: "recen por mi, porque Dios no me escucha..."; "No sé qué hacer, estoy perdido, Dios no me dice nada..."; "Recen ustedes, porque a ustedes Dios sí los escucha..."

Mi hermano, mi hermana,
nada más lejano al Dios de nuestros padres,
al Dios de nuestras vidas!
El no desiste de nadie, de nada.
A Él le importa cada caminar. Cada vida.
El no desiste.
A Él no le asustan nuestras oscuridades.

La Voz de Dios es clara.
No tiene la forma que tal vez esperamos, no tiene el sonido que tal vez quisieramos oír.
El problema no está en lo que nos dice ni el modo cómo lo dice.
El problema de nuestro problema es lo que hacemos con lo que le escuchamos,
con lo que sugiere, con lo que expresa, con lo que muestra.

El problema es también el tiempo.
A veces es preciso esperar el momento.
Dios siembra y es en el tiempo donde va revelando ese "rompecabezas de Amor" que quiere armar en nosotros.

Recuerdo que fue en los últimos meses del 2014 cuando el Señor comenzó a manifestarnos "El tiempo de la misericordia ha llegado".
¡Claro que sabíamos que sin misericordia nada es posible! Pero, ¿qué estaba queriendo decir -pedir- concretamente a "Piedras" esa insistencia del Señor?
Encerramos en nuestros corazones esa expresión, ése deseo, ese mandato y fue cuando el Santo Padre Francisco a los pocos meses anunció el Año de la Misericordia.
El anuncio del Papa no nos sorprendió. ¿Acaso ya no nos lo había anunciado el Padre a través del Espíritu? Fue entonces que comenzamos a ver cómo aquella Voz del Padre tenía su sentido.
Hoy estamos transitando tiempos tal vez complejos, pero tenemos en nuestro horizonte,
una esperanza cierta:
¡El tiempo de la misericordia ha llegado!
Y, en la espera, en la certeza de saber que somos acompañados por la Gracia,
estamos aprendiendo a ser TRABAJADORES DE LA MISERICORDIA.

¿Sientes que Dios no responde?
¿Crees que no está hablando?
¡Cuidado! Puede que Su Voz sea por demás de clara y en realidad el problema no sea lo que dice,
sino el modo en que respondes.

fraternalmente
Miguel
Comunidad Piedras Vivas



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