lunes, 21 de diciembre de 2015

Navidad, tiempo propicio para la conversión

“Señor Dios, celebrando, de todo corazón el nacimiento de tu Hijo, danos la gracia de profundizar nuestra fe en tan grande misterio y crecer, cada vez más, en su amor”

Esa oración nos da un precioso consejo para vivir verdaderamente el Nacimiento del Señor. ¡Celebrarlo de todo corazón! Es así que nos debemos preparar para vivir el nacimiento de Cristo, desde adentro hacia fuera. Dejar que nuestro corazón sea el pesebre más lindo donde el Niño Jesús sea acogido.

No estoy despreciando los lindos arreglos externos y las luces de la Navidad; sin embargo, te estoy invitando a que dejes que este momento acontezca, primero, dentro de ti. No tengas miedo de ofrecer tu corazón para recibir al Niño que va a nacer. Eso provocará una gran diferencia en este nacimiento. Para muchas personas, la Navidad es una fecha triste, porque recuerdan a las personas que fallecieron o que están lejos. Para esas personas quiero reforzar la invitación de dejar abierto el corazón para recibir al Niño Dios. Si eso sucede, hasta la ausencia de quienes tanto amamos pasará a tener un nuevo sentido. Haz la experiencia y esta Navidad será diferente.

También existen aquellos que gustan mucho del tiempo de Navidad, por causa de las fiestas, las comidas, los regalos, las luces… Para estos dejo la invitación de vivir una Navidad centralizada en el Niño Jesús, que nació pobre pero en el seno de una verdadera familia.

Los mayores regalos que podemos celebrar, en este tiempo, son las personas que están a nuestro lado. Da una mirada y ve que regalos Dios te concedió en tu familia.

Navidad también es un tiempo propicio para la conversión. Quien hace la experiencia de sentirse amado por Dios, a través del misterio de la Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo, acaba siendo impulsado a responder con una vida más coherente y abierta al amor a Dios y al prójimo.

Quiero agradecer, en particular, a cada socio de esta obra de evangelización. Dios les pague, por una año más de fidelidad, pues tu contribución es prueba concreta de un corazón agradecido y comprometido con la evangelización. Ustedes entendieron, realmente, que nuestra misión es salvar almas.

He aprendido, en la convivencia con los hermanos, que un abrazo y una sonrisa dados con amor son los mejores regalos y una fuente inagotable de crecimiento. Por eso quiero que tú te sientas abrazado(a) por mí.

¡Feliz Navidad!

Traducción @ExequielAlvarez
Monseñor
Monseñor Jonas Abib (Fundador de la Comunidad Canción Nueva)
fuente Canción Nueva en español

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