lunes, 20 de junio de 2022

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 7,1-5


Evangelio según San Mateo 7,1-5
Jesús dijo a sus discípulos:

No juzguen, para no ser juzgados.

Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes.

¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo?

¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Deja que te saque la paja de tu ojo', si hay una viga en el tuyo?

Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.


RESONAR DE LA PALABRA

No juzgues...

En la película de Roger Young, Jesús, María Magdalena quiere seguir a Jesús, pero no está segura de cómo sería la recepción. Decide abrir su corazón a la madre de Jesús. En un momento dado, vacilante, como si esperara una reprimenda y un rechazo, confiesa a la madre María: "María, soy una prostituta". La Madre María no se inmuta y, con su sonrisa desarmante, responde: "Yo no juzgo". Luego, tras una mínima pausa, continúa: "Yo también he sido juzgada en mi vida".

Su hijo no es diferente. Tal vez haya heredado el rasgo de su madre. "Yo no juzgo a nadie", dice él (Jn 8,15). Y quiere que nosotros también nos abstengamos de juzgar. ¿Por qué nos resulta tan convincente pensar en Dios como juez, ya sea en la Segunda Venida o en su venida cotidiana? ¿Tal vez porque todavía no hemos aprendido a mirar al otro -y a nosotros mismos- con los ojos de Dios?

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

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