Evangelio según San Mateo 7,15-20
Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?
Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos.
Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos.
Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego.
Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán.
Conocer el árbol por la fruta
Si un árbol se conoce por sus frutos, ¿por qué frutos se conoce a un verdadero cristiano? Pablo nos ha dado una lista como "fruto verdadero" del Espíritu: amor, alegría, paz, paciencia, bondad, fidelidad, mansedumbre y autocontrol (cf. Gál 5,22-23). La lista está encabezada por el fruto "amor". Jesús mismo ha sido muy directo al señalar por qué fruto se nos ha de conocer: "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor unos a otros" (Jn 13,35). De hecho, es por ese amor por lo que se calificaba a los cristianos en la Iglesia primitiva, como afirma Tertuliano en su Apologético: "Son principalmente las obras de un amor tan noble las que llevan a muchos a poner una marca sobre nosotros. Ved, dicen, cómo se aman unos a otros".
¿Cuál es el fruto que le define y por el que se le conoce?
Paulson Veliyannoor, CMF
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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