VI Encuentro Fraterno de Evangélicos y Católicos
"El Evangelio, poder de Dios" (Rom.1, 16)
El sábado 13 de octubre de 2012, de 10 a 18 horas, en el estadio Luna Park -Avda. Madero 420- de la ciudad de Buenos Aires se realizó elVI Encuentro Fraterno de Católicos y Evangélicos, organizado por C.R.E.C.E.S. Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo
Fue más que sólo un encuentro entre católicos y evangélicos. Lo que se vivió hoy en el Luna Park fue una verdadera fiesta de la unidad. "Yo lo he dicho en presencia del Papa, que lo que he visto en Buenos Aires es algo pionero: son cristianos que expresan su fe en conjunto. Católicos y evangélicos, sin divisiones. Esta expresión es como el Pentecostés. Los cristianos deben vivirlo así: como un nuevo Pentecostés". Así definió el padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia y uno de los oradores centrales del encuentro, sobre lo que ocurrió esta tarde en el Sexto Encuentro Fraterno de Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo (C.R.E.C.E.S.). Un testimonio que llegó, según los propios dichos del padre capuchino, a oídos del Papa y hasta llamó la atención del Vaticano. "La Iglesia está siguiendo en forma muy atenta lo que está ocurriendo en Buenos Aires. Atentos a este signo, que creo yo, es un signo profético de los nuevos tiempos. Así lo he expresado el viernes último, durante una meditación en presencia del Papa Benedicto XVI. Esta es la forma de alejar el fundamentalismo religioso: cristianos que se abrazan, que se encuentran a compartir su fe".
Unos 6.000 cristianos fueron parte de este sexto encuentro ecuménico que se realiza desde 2003 y que en cada edición amplía su convocatoria. En esta oportunidad, el lema fue "El Evangelio, poder de Dios" y movilizó a comunidades desde distintos puntos del país. Desde temprano, antes de las 9, las calles que rodean al estadio Luna Park estaban colmadas. Todos juntos, sacerdotes, laicos, pastores, religiosas y muchas familias con hijos pequeños, participaron de la fiesta. No había distinciones entre unos y otros. Todos estaban allí con un mismo propósito: celebrar el poder de compartir su fe en Jesucristo.
Las alabanzas estuvieron dirigidas por el pastor Sebastián Golluscio y se vivieron arriba y abajo del escenario con un clima muy fraternal. Allí se vio a sacerdotes y pastores compartiendo mate y la ronda llegó hasta manos de arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio quien, como todos los años, participó del encuentro.
Las alabanzas estuvieron dirigidas por el pastor Sebastián Golluscio y se vivieron arriba y abajo del escenario con un clima muy fraternal. Allí se vio a sacerdotes y pastores compartiendo mate y la ronda llegó hasta manos de arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio quien, como todos los años, participó del encuentro.
El padre Cantalamessa, junto a los pastores Omar Cabrera Jr. y Norberto Saracco
El padre Cantalamessa fue uno de los oradores más aplaudidos del encuentro. Más allá de sus 78 años y de su alto cargo eclesial -fue predicador de Juan Pablo II y ahora lo es de Benedicto XVI- no dudó en poner el humor y la alegría en primer plano durante su disertación. "Raniero tiene muy buen humor. Predica y es feliz", se leyó en Twitter durante su mensaje, con el hashtag #creces. Ocurre que todo el evento se transmitió en vivo vía Twitter (@creces) yhttp://www.facebook.com/prensa.creces.5 También se transmitió en vivo desde la FM Parroquial 105.1 -radio del Arzobispado de Buenos Aires- y por internet enwww.fmparroquial.com.ar
"Es que soy un hombre feliz. Y Él me ha hecho feliz", declaró Cantalamessa, sobre su relación con Dios. "El gran desafío hoy es cómo explicarle a los jóvenes que Jesús es el mejor aliado de su felicidad y de su gozo", dijo durante una conferencia de prensa con medios nacionales.
"Es que soy un hombre feliz. Y Él me ha hecho feliz", declaró Cantalamessa, sobre su relación con Dios. "El gran desafío hoy es cómo explicarle a los jóvenes que Jesús es el mejor aliado de su felicidad y de su gozo", dijo durante una conferencia de prensa con medios nacionales.
El Cardenal Bergoglio y el padre Raniero Cantalamessa.
El amor fue clave en la centralidad de su mensaje ante el auditorio. "Si todas las biblias del mundo desaparecieran y quedara solamente una línea para ser leída, 'Dios es Amor’'es la frase resumidora. Toda la Biblia está ahí. El espíritu Santo no es una idea de la realidad, es la realidad. Los cristianos queremos experimentar un nuevo Pentecostés. Dios es Amor. Estar llenos del Espíritu Santo es estar llenos de Dios. ¿Por qué nos creó Dios? Porque nos amaba. ¿Y por qué la encarnación? Porque Dios nos ama tanto que nos manda a su hijo por amor. Jesús es Dios, que nos ama de manera humana. En sus ojos, la gente de su tiempo sintió el amor de Dios. No se ama a Dios en abstracto. Jesús es el objeto directo del amor de Dios."
El pastor Carlos Mraida, uno de los coordinadores del Consejo de Pastores de la Ciudad de Buenos Aires, fue otro de los oradores del encuentro y centró su mensaje en la importancia del rol del cristiano comprometido con los valores que profesa. "Dios quiere hacer algo nuevo en esta ciudad y en esta Nación.
Que los cristianos seamos militantes por la vida, la justicia y la equidad. Que seamos la voz de los que no tienen voz ni derecho a la vida. El Evangelio no se avergüenza ante el sistema que dice que la fe ya fue. Que ya no hay lugar para la fe", dijo ante miles que siguieron atentos sus palabras y celebraron sus dichos con aplausos.
"A los cristianos no nos mueve el éxito momentáneo. Dios nos dio los ojos de la Promesa. Ojos proféticos. Leemos la historia desde el final para acá. Nosotros conocemos el final de la película. Dios es nuestra última esperanza porque somos su primer amor", afirmó Mraida.
El pastor Carlos Mraida
La mejor forma de transmitir la fe es, según el pastor Norberto Saracco, miembro de la comisión organizadora de C.R.E.C.E.S., es una vida que refleje la fe. Esa fue la respuesta que dio cuando se le preguntó, durante la conferencia de prensa, sobre el desánimo por la evangelización que se vive en los altos círculos eclesiásticos. "Estamos cansados de nuestras propias contradicciones. De Predicar una cosa y vivir otra. Esta es una cuestión clave del Evangelio: la coherencia. No hay predicación más fuerte que nuestra vida", dijo.
Estuvo entre la multitud como un fiel más. Tomó mate, comió empanadas y cuando le llegó el turno de pasar al frente y transmitir su mensaje, fue muy ovacionado. Cantos y olas de aplausos retrasaron varios minutos el inicio del mensaje del Cardenal Jorge Bergoglio. Todos querían escuchar el mensaje del hombre, que desde el silencio y el bajo perfil, ha sido uno de los principales impulsores del diálogo ecuménico e interreligioso en la Argentina.
"Jesús pasó más que nada su tiempo en las calles. El sigue pasando en medio nuestro. La gente no dejaba pasar oportunidad de estar con Jesús. De tocarlo, de apretujarlo, de recibir de él. No le tengo miedo a los que combaten a Jesús, porque ellos ya están vencido. Le tengo más miedo a los cristianos distraídos, dormidos, que no ven a Cristo pasar. Hemos perdido dos cosas: la capacidad de asombrarnos ante las palabras del Señor. Estamos atiborrados de noticias que van dejando de lado la buena noticia. Hemos perdido la ternura. Jesús se acercaba a la llaga humana y la curaba. Recuperemos esas dos características: no nos acostumbremos a ver al enfermo, al hambriento sin asombro y sin ternura", dijo.
Estuvo entre la multitud como un fiel más. Tomó mate, comió empanadas y cuando le llegó el turno de pasar al frente y transmitir su mensaje, fue muy ovacionado. Cantos y olas de aplausos retrasaron varios minutos el inicio del mensaje del Cardenal Jorge Bergoglio. Todos querían escuchar el mensaje del hombre, que desde el silencio y el bajo perfil, ha sido uno de los principales impulsores del diálogo ecuménico e interreligioso en la Argentina.
"Jesús pasó más que nada su tiempo en las calles. El sigue pasando en medio nuestro. La gente no dejaba pasar oportunidad de estar con Jesús. De tocarlo, de apretujarlo, de recibir de él. No le tengo miedo a los que combaten a Jesús, porque ellos ya están vencido. Le tengo más miedo a los cristianos distraídos, dormidos, que no ven a Cristo pasar. Hemos perdido dos cosas: la capacidad de asombrarnos ante las palabras del Señor. Estamos atiborrados de noticias que van dejando de lado la buena noticia. Hemos perdido la ternura. Jesús se acercaba a la llaga humana y la curaba. Recuperemos esas dos características: no nos acostumbremos a ver al enfermo, al hambriento sin asombro y sin ternura", dijo.
El padre Fernando Gianetti junto al padre Raniero Cantalamessa
durante la conferencia de prensa.
El pastor Jorge Himitian fue el encargado de leer la Declaración Común del Sexto Encuentro Fraterno, un documento conjunto que se difunde con cada edición.
"El Espíritu Santo abrió nuestros ojos espirituales, y comprendimos cosas muy simples pero grandiosas. Cosas muy conocidas pero a la vez ignoradas. Comprendimos que la iglesia es más que un edificio material donde se rinde culto a Dios. Todos los que somos hijos de Dios, somos por lo tanto, hermanos. Cristo fundó una sola Iglesia, y quiere que su iglesia manifieste en el mundo la unidad y la santidad que caracterizan a Dios", leyó ante la multitud.
Lo recaudado en la colecta, -$79.000.- será destinado íntegramente al Hospital Neuropsiquiátrico José T. Borda.
Cerca de las 18, y luego de ocho horas de comunión, el evento llegó a su fin. La despedida fue tan emotiva como el reencuentro. Grupos que se saludaba, que intercambiaban teléfonos y mails y la promesa de volver a verse en el próximo encuentro.
Estaba claro, lo que acababa de ocurrir no había sido simplemente el Sexto Encuentro Fraterno. Había sido mucho más que eso.
"El Espíritu Santo abrió nuestros ojos espirituales, y comprendimos cosas muy simples pero grandiosas. Cosas muy conocidas pero a la vez ignoradas. Comprendimos que la iglesia es más que un edificio material donde se rinde culto a Dios. Todos los que somos hijos de Dios, somos por lo tanto, hermanos. Cristo fundó una sola Iglesia, y quiere que su iglesia manifieste en el mundo la unidad y la santidad que caracterizan a Dios", leyó ante la multitud.
Lo recaudado en la colecta, -$79.000.- será destinado íntegramente al Hospital Neuropsiquiátrico José T. Borda.
Cerca de las 18, y luego de ocho horas de comunión, el evento llegó a su fin. La despedida fue tan emotiva como el reencuentro. Grupos que se saludaba, que intercambiaban teléfonos y mails y la promesa de volver a verse en el próximo encuentro.
Estaba claro, lo que acababa de ocurrir no había sido simplemente el Sexto Encuentro Fraterno. Había sido mucho más que eso.
Si quiere acceder al audio de la exposición del Cardenal Jorge Bergoglio, o a las fotos del evento, ingrese aquí:http://www.facebook.com/prensa.creces.5
TRASCRIPCIÓN DE LA CONFERENCIA DE PRENSA
Conferencia de Prensa de la que participaron el pastor Norberto Saracco de la Iglesia Evangélica Buenas Nuevas, el padre Raniero Cantalamessa predicador de la Casa Pontificia y el padre Fernando Gianetti responsable de la Comisión de Ecumenismo y Diálogo Interrreligioso del Arzobispado de Buenos Aires.
¿Cuál es su opinión sobre cómo evangelizar en el mundo con los desafíos actuales?
P. Raniero Cantalamessa: Aquí tenemos una demostración visible de que la fe tiene poder todavía. Si miramos lo que el pastor Mraida llamaba "el ángel del pasado" no esperamos, pero si miramos a la realidad como que no es sólo aquí porque lo que se vive aquí yo lo vivo en muchos países. Yo viajo por todo el mundo. Estuve en Francia este año cinco veces y se ven cosas nuevas, fuertes, y me atrevería a decir que el defecto se da un poco en los medios que sólo perciben de la Iglesia los problemas y los escándalos y no ven lo que es verdaderamente la noticia. Porque el mal es común, cotidiano, y un encuentro como éste es la excepción. Los medios que están tan atentos a la novedad, tendrían que estar atentos a estos signos. Y los felicito a ustedes que están aquí [se refiere a los periodistas presentes] porque el hecho de estar aquí significa que le dan importancia, no a lo que todos perciben sino que tienen una mirada un poco más extendida.
En la apertura del Año de la Fe, el Papa hizo mención a que hay un desierto espiritual. ¿Por qué en esta época el cristiano no vive con coherencia su fe siendo el llamamiento cristiano una expresión de Dios?
P. Raniero Cantalamessa: La cultura del mundo, la sociedad de hoy está preocupada por el dinero, por la situación social que lleva a una desertificación espiritual. El sentido de la vida, de la familia, de las relaciones, de los sentimientos, son las grandes víctimas de esta desertificación. Cuando no hay sentimientos no hay amistad, no hay gozo en el matrimonio. Los sentimientos caen en la aridez. Todo se viene desierto. Pero el Señor está obrando en el mundo y aquí no se puede hablar de desierto espiritual ciertamente. Aquí tiene un matiz un poco particular y lo he dicho en presencia del Papa en una de mis últimas charlas que en Buenos Aires he visto algo pionero. Es decir que la fe cristiana con su fuerza está expresada conjuntamente por todos los cristianos y esto es un signo para toda la Iglesia. La fuerza del Espíritu Santo que se ve en estas ocasiones es la misma, es como el día de Pentecostés nada menos. Entonces lo que se pide es que los cristianos salgan de la tibieza con la que profesan su fe, que los medios de comunicación se esfuercen por difundir la noticia de estos eventos espirituales que son signos de esperanza en el mundo de hoy.
¿De qué manera los creyentes podemos transmitir esa fe a los que no creen y, sobre todo, para atraer a los jóvenes?
Pastor Saracco: Creo que la mejor manera de transmitir la fe es a través de una vida que refleje la fe. Me parece que todos coincidimos en que estamos cansados -y los jóvenes mucho más cansados- de mensajes huecos, de mensajes con palabras espirituales que, la verdad, no reflejan nada. Cansados de ver nuestras propias contradicciones permanentes, decir que creemos semejantes cosas y después vivimos de otra manera. Yo creo que la mejor manera de predicar en este tiempo y la mejor manera de que se acerquen ala fe, en especial los jóvenes, es que quienes vivimos en la fe tengamos vida coherente con lo que creemos, es una cuestión de coherencia. Esto no es nuevo, esto aparece en el propio evangelio cuando Jesús dice que seamos luz del mundo, la luz no está para esconderse. Entonces son distintas imágenes, que lo que quiere decir en última instancia es que la predicación más fuerte es la de nuestra vida, y creo que el llamado hoy a los cristianos es vivir una vida revitalizada en su fe en buen sentido, no en un fanatismo o cosas por el estilo, una fe coherente que se exprese cada día.
El padre Raniero contaba que cuando estuvo acá en Buenos Aires hubo en un retiro espiritual conjunto para sacerdotes católicos y para pastores de otras denominaciones. ¿Cómo funciona un retiro conjunto de consagrados de dos religiones similares pero no iguales?
Padre Gianetti: Evidentemente está centrado en Jesús. En el retiro siempre hubo predicaciones que hacían alusión a Jesús, al Reino de Dios, a la conversión, al tema de cantar juntos, una cuestión de ministerios, ellos como pastores y nosotros como sacerdotes. También fue ocasión en el tema de las comidas, de charlar, presentarnos, hubo un trabajo en grupo, porque salimos con la consigna de representar al mundo de hoy. En eso queremos trabajar también en nuestras comunidades, frente a un mundo que sea ha dejado llevar, la navidad viene revestida con mucho mercantilismo. Queremos intentar ser como ángeles que les vamos a avisar que en la noche de Navidad nació Jesús. No es una guerra santa, pero sí es anunciar más claramente que Navidad no es otra cosa que Jesús, Dios que se hace hombre y que viene a nuestra tierra.
¿Cuánta pastores y sacerdotes asistieron al retiro?
Padre Gianetti: Éramos alrededor de 100 personas.
P. Raniero Cantalamessa: un retiro así es posible haciendo lo que Juan Pablo II decía: ponemos juntos lo que nos une, lo que tenemos en común, que es mucho más esencial de lo que todavía nos separa. Ahí hemos vivido esto, hemos visto que lo que tenemos en común es lo esencial, creemos en el mismo Padre, Hijo y Espíritu Santo, en el cuerpo de Cristo, en la esperanza eterna. Hubo comunión y amistad: al final no sabía quiénes eran los sacerdotes católicos y quiénes eran los pastores. Yo he tenido esta gracia del Señor y después de haber participado como miembro de la delegación católica para el diálogo de las iglesias pentecostales por 13 años, tuve la gracia y la dicha de conocerlos de cerca, poco a poco me fueron invitando a dar retiros a ellos, a 70 pastores luteranos en Suecia, este año a una comunidad de Londres. Este cambio entre los cristianos se está haciendo cada vez más frecuente y es algo nuevo. Esos son los ciclos de novedad para nosotros los católicos del Concilio Vaticano II.
Padre Gianetti: si me permiten continuar lo del padre, compartimos en común la fe en Jesucristo que nos revela Dios como padre e hijo del Espíritu Santo. Creemos en el hijo de Dios nacido por la gracia del Espíritu Santo y la Virgen María, creemos en la misma Biblia, usamos la misma Biblia excepto por algunos libros del Antiguo Testamento. Compartimos el Bautismo, los siete primeros Concilios y tenemos mártires comunes. Los cristianos son matados porque son cristianos, no por la denominación. En este momento los cristianos son las personas más perseguidas en el mundo. Quise decir esto para que se hable más de lo que nos une que lo que separa, estos son los núcleos fuertes de la unión.
¿Cómo llegar a los jóvenes, con el problema de la inmediatez, cómo cruzar esa frontera donde el mensaje viene solo de Dios o de una experiencia personal que no siempre se da?
P. Raniero Cantalamessa: hay diferentes clases de sentimientos. Hay un sentimentalismos y sentimientos profundos. Cuando se acude a un encuentro como éste, quiere decir que se tiene un sentimiento, de otra manera no estaría acá la gente. Los jóvenes son las víctimas privilegiadas de esta cultura inmediata de las imágenes, de imágenes que pasan de Internet a la televisión, y que no obligan a pensar. Los jóvenes tienen que ser los evangelizadores, y de hecho en los movimientos eclesiales muchos jóvenes evangelizan con mucha eficacia. Yo participé en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid el año pasado, y era impresionante ver cómo cuando los jóvenes están juntos brota la fe y el gozo. La gente de Madrid estaba evangelizada primero por el gozo y la Paz de estos jóvenes, que no tenían violencia con nadie, que le sonreían a todo el mundo. Tengo un mensaje para los jóvenes: cómo explicarles a los jóvenes que Jesús es el mejor aliado en la alegría, en su gozo, y no es el enemigo. La mentira de Satanás es convencer a los jóvenes de que si adhieren a la fe tienen que dejar de lado la música, la disco, cuando es Dios el inventor del gozo, la alegría. Satanás sólo ha podido inventar el abuso que destruye: el abuso de la droga, del sexo, de todo.
¿El Papa está al tanto de estos encuentros? ¿Dónde más se hacen?
P. Raniero Cantalamessa: Yo he mencionado en una meditación que le di al Papa Benedicto XVI precisamente lo que había vivido la última vez acá en el encuentro acá en Argentina. Hablé de la Nueva Evangelización que hubo en la historia de la Iglesia. Una, la evangelización de América Latina en el siglo XVI. Hablando de la evangelización hablé de los problemas actuales y mencioné este encuentro, de esta conversión que es un signo tremendo, hacia una comunión, una colaboración y dije en esa ocasión que me parece que este es el signo profético del porvenir, y es la manera de aislar los grupos fundamentalistas, polémicos y agresivos, la verdadera forma de dialogar entre los que ponen en el centro a Jesús y no a su Iglesia o denominación o su persona.
Por la otra pregunta, sí hay otros encuentros ecuménicos. He tenido la dicha de participar de muchos encuentros, retiros entre católicos y protestantes. En Alabama en enero pasado me invitaron conjuntamente en conjunto con el obispo católico y el decano de la universidad bautista. Entonces es algo que tiene que animarlos, no están haciendo algo extraño, son un signo fuerte dentro de un movimiento que se hace siempre más significativo en la Iglesia.
¿Tienen pensado invitar otras Iglesias hermanas? Se me ocurre por ejemplo la de Bernardo Stamateas.
Pastor Saracco: el tema es que esto es absolutamente abierto y mi caso como pastor evangélico y uno de los presidentes del consejo de pastores de la ciudad, la invitación siempre está abierta a todas las Iglesias. Las invitaciones no son del tipo personal, sino que son invitaciones que desde el momento en que comienza a generarse este espacio es abierto absolutamente para todos. De hecho hay una representación bastante interesante de Iglesia. La invitación es abierta, ese es el espíritu que venimos trabajando hace 9 años cuando comenzamos con esto.
Padre Raniero, ¿a qué edad fue su bautismo de fuego en el Espíritu Santo y cómo lo recibió?
P. Raniero Cantalamessa: Después de ordenarme como sacerdote tuve la ocasión, después de mucha resistencia, el Señor me convenció de que había una obra del Espíritu Santo en esto que llamamos el fenómeno carismático. Entonces recibí mi bautismo en el espíritu en los Estados Unidos y esto cambió mi vida. Yo era profesor en una universidad. El Señor me pidió de dejar todo y volverme un predicador itinerante de la palabra de Dios en el estilo de Francisco de Asís que es mi padre. Pocos meses después me llegó el nombramiento de predicador de la Casa Pontificia, y desde entonces yo sigo haciendo esto. Es decir que doy una charla al Papa, a obispos, a los cardenales de la Iglesia Católica cada viernes en Adviento y Cuaresma, no todo el año por supuesto, y esto ha cambiado mi vida, ahora soy un hombre feliz. Tengo que decirlo porque es un testimonio que estoy obligado a dar a Jesús, porque es Él es el que me ha hecho un hombre feliz.
CRECES es una iniciativa de laicos y pastores, comenzada en el año 2003, que reúne a cristianos católicos y evangélicos. Iniciativa de oración y escucha de la palabra de Dios, buscando juntos la unidad del Cuerpo de Cristo.
CONTACTOS DE PRENSA:- Virginia Bonard 011 15 5 934 1461
- Evangelina Márquez 011 15 4 056 0304
Ex profesor ordinario de Historia de los orígenes del cristianismo y Director del Departamento de ciencias religiosas de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán, fue miembro de la Comisión Teológica Internacional desde el año 1975 hasta el año 1981 y, durante doce años, miembro de la delegación católica para el diálogo con las Iglesias Pentecostales.
En el año 1979 abandonó la docencia para dedicarse a tiempo completo al ministerio de la Palabra. Juan Pablo II lo nombró Predicador de la Casa Pontificia en el año 1980 y Benedicto XVI lo confirmó en dicho cargo en 2005. En calidad de predicador dirige cada semana, en Adviento y en Cuaresma, una meditación en presencia del Papa, de los cardenales, obispos, prelados y superiores generales de órdenes religiosos. Se le llama a hablar en muchos países del mundo, a menudo también por hermanos de otras denominaciones cristianas.
Ha recibido el Doctorado Honoris Causa en Ciencias del Derecho, en la Universidad Notre Dame de South Bend (Indiana); en Ciencias de la Comunicación, en la Universidad de Macerata y en Teología en la Universidad Franciscana de Steubenville (Ohio).
Además de los libros científicos escritos como historiador de los orígenes del cristianismo, sobre la cristología de los Padres, la Pascua en la Iglesia antigua y otros temas, ha publicado otros numerosos libros de espiritualidad, fruto de su predicación en la Casa Pontificia, traducidos a una veintena de lenguas.
**El pastor Carlos Mraida nació en Buenos Aires en 1958. Es máster en Teología, Profesor de Misionología, Antropología Cultura y otras materias en distintas instituciones teológicas. Se desempeña como pastor principal de la Iglesia del Centro de la ciudad de Buenos Aires y lidera una red apostólica que reúne a decenas de pastores de distintas denominaciones. Junto a otros pastores sirve en un movimiento de unidad llamado "Argentina oramos por vos". Es uno de los coordinadores del Consejo de Pastores de la ciudad de Buenos Aires y miembro del Consejo de CRECES, Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo. Lleva escritos más de una docena de libros y está casado con Silvana, tienen tres hijos Gabriel, Florencia y Ezequiel.
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