Intención 18 AGO 2022
Hay enemigos cuya existencia nos resulta fácil de reconocer, existen otros que, moviéndose solapadamente y conocen el arte de camuflarse, son los enemigos silenciosos. La Rebeldía es uno de ellos.
Es posible que solo percibamos en ella algún tipo de sublevación, una simple oposición, un desacuerdo a lo establecido pero ella hunde sus raíces de manera que, como dice el profeta Ezequiel, roba la capacidad de escuchar, y hace que aún teniendo ojos no veamos.
La rebeldía mata la capacidad de discernir y como Pablo sostiene en su carta a los Romanos, “acarrea la misma condenación”.
Señor, por intercesión de tu Santo Arcángel, aquel que desterró ángel soberbio y rebelde, te pedimos: ¡líbranos de sus garras!
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