"El Bautismo en el Espíritu Santo y mi crecimiento del Espíritu (desde entonces) no han solucionado todos mis problemas. Todavía lucho contra las tentaciones y me arrepiento por mis pecados. Pero esa experiencia me ha dado una relación más cercana con el Señor, y en esto, coraje, esperanza y una base que me permite aproximarme al Señor diariamente y ofrecerme a Él y a recibirlo a Él. Dichosa la gente de la que Dios es el Señor. Él continúa satisfaciendo profundamente mis necesidades de Él. También continúo experimentando las maravillas que el Señor me da y considero la palabra básica como una realidad: que Él murió y resucitó por mí, que Él pagó mi deuda. Que Él tomó mis pecados y que me liberó y me dio
vida. Que Él derramó su sangre para limpiar y liberarme al confesar mis pecados. Que su amor y su fe se da para todas las generaciones. Esas son las verdades y realidades en las que hay que basar nuestras vidas. Le doy gracias y alabo al Señor por todas las maravillas y por la misericordia que Él me ha enseñado."
Jack Flanagan
Graduado en la Universidad de Duquesne en 1969 con un título de sicología. El participó en la primera reunión carismática de oración en Pittsburgh en 1967.
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