jueves, 31 de octubre de 2013
Nada de andar revolviendo
"No tengas pena de tus tristezas y resentimientos.
Ten compasión de tu corazón, de tu físico y de tu salud plena.
No te quedes revolviendo la herida ni haciendo el papel de "pobrecito!"
Laméntate, llora, desahógate con alguien de confiaza y con madures. Pero recuerda que las penas no son para ser cultivadas, sino curadas y enterradas.
Las decepciones de ayer cambian las tristezas de ahora, pero pueden ser las dolencias y las trabas del mañana.
Ámate más, ama tu salud y tu bienestar y sobre todo la Paz del Espíritu.
No necesitas ser el mejor amigo de quien te hirió profundamente, ni puedes ser la persona irritada y mal humorada con el resto del mundo por causa de tus heridas."
p. Roger Araujo
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