La sabiduría del Señor es dada a quien es manso como las ovejas. Ellas precisan continuamente de la dirección de un pastor. Y se este no está atento, ellas se pueden perder o poner la vida en riesgo. Por eso, comos comparados a ellas, pues, sin el Señor, que es nuestro Pastor, también nosotros tomamos la dirección equivocada y vamos hacia el frente, de cabeza baja, mirándonos nosotros mismos y nuestros problemas y, así, nos perdemos.
El propio Jesús, mientras estaba en la tierra, se hizo una ovejita del Padre, obedeciéndole y preguntando todo a él. El Señor tiene abundancia de don de sabiduría para ofrecer a los hijos. De manera que cuando comenzamos a preguntas todo a Él y a obtener las respuestas de él, sabemos al final como actuar, como educar a nuestros hijos, conducir nuestra familia, cómo comportarnos con nuestro cónyuge, vecino, patrón, párroco, coordinadores de grupo de oración. No porque nos hayamos vuelto sabios, sino porque a cada cosa que preguntamos al Señor, El nos va a responder con la ayuda del Espíritu Santo, por medio de la oración. Y ¿dónde oír el mensaje del Señor? En el corazón. Pero es necesario buscar constantemente y ser asiduos a la oración.
No tengas miedo de conversar con Dios y con Jesús sobre tu vida.
Monsenhor Jonas Abib
Fundador da Comunidade Canção Nova
fuente: www.cancaonova.com
Adaptación y traducción del original en português.
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