sábado, 19 de octubre de 2013

haz que tenga por ti, Señor, amor constante


Nuestra vida pertenece a Dios porque fuimos rescatados por la Sangre de nuestro Señor Jesucristo.
"Dios destinó a Jesucristo a ser, por su propia sangre, instrumento de expiación mediante la realidad de la fe" (cfr. Rm 3,25a)
Tomar conciencia de esta verdad nos debe llevar a rezar incesantemente para permanecer unidos siempre al Corazón de Jesús.
Pidamos ayuda a nuestro ángel de la Guarda, "para que conservemos siempre en nuestro corazón el pensamiento de Dios" (cfr. Tb 4,6a)
Señor, haz que tenga por Ti un amor constante!

Luzía Santiago.
Co-Fundadora comunidad Canción Nueva.
adaptación y traducción del original en portugues





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