“Tu omnipotente palabra se lanzó desde el cielo, desde el trono real...” (Sap 18,15)
Dios es Espíritu. (Jn 5,24) El que es Espíritu engendra por el Espíritu...por una generación simple e incomprensible. El Hijo mismo dice del Padre: “El Señor me ha dicho: tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.” (Sal 2,7) Este hoy no es algo reciente sino eterno. Este hoy no pertenece al tiempo sino que existe desde toda la eternidad. “Desde el seno de la aurora te he engendrado como rocío.” (Sal 109,3). Cree, pues, en Jesucristo, Hijo de Dios vivo, pero Hijo único según la palabra del evangelio: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.” (Jn 3,16)...Juan da testimonio: “...hemos visto su gloria, la gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.” (Jn 1,14)
Así, los mismos demonios tiemblan en su presencia, clamando: “¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Hijo de Dios?” (Mt 8,29) El es, pues, el Hijo de Dios por naturaleza y no por adopción, ya que es engendrado por el Padre... El Padre, Dios verdadero, ha engendrado al Hijo antes de todos los siglos, Dios verdadero... Cristo ha sido engendrado “Palabra viva y eficaz” (Heb 4,12), no simplemente pronunciada por los labios, sino nacida del Padre ante todos los siglos, por generación inefable... Palabra que contiene la voluntad del Padre y produce toda cosa según su orden...Palabra llena de autoridad que gobierna todo, porque “el Padre le había entregado todo.” (Jn 13,3)
San Cirilo de Jerusalén (313-350)
obispo de Jerusalén, doctor de la Iglesia
Catequesis bautismal, 11, 5-10
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