María, sostén para llevar nuestra cruz
La devoción mariana es un camino sencillo para llegar a la unión con Nuestro Señor, perfección del cristiano. Es un camino que Jesucristo ha abierto viniendo a nosotros y en el que no hay obstáculos para llegar a él.
Se puede en realidad llegar a la unión divina por otros caminos, pero habrá más cruces, muertes extrañas y más dificultades, que venceremos difícilmente. Habrá que pasar por noches oscuras, combates y agonías extrañas, por montañas escarpadas, por espinas agudas y terribles desiertos. Pero por el camino de María, se pasa más suave y tranquilamente.
Se encuentran en realidad grandes combates y grandes dificultades para vencer. Pero esta buena Madre y Maestra se hace próxima y presente a sus fieles servidores para iluminar sus tinieblas, aclarar sus dudas, tranquilizarlos en sus temores, sostenerlos en sus combates y dificultades. En realidad ese camino virginal para encontrar a Jesucristo se convierte en un camino de rosas y miel, comparado con otros caminos.
San Luis María Grignion de Monfort (1673-1716) predicador
fundador de comunidades religiosas
Tratado de la verdadera devoción a la Santa Virgen, 214 (Livre de Vie, Seuil, 1996), trad. sc©evangelizo.org
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