sábado, 12 de septiembre de 2020

COMPRENDIENDO LA PALABRA 120920


“El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón” (Lc 6,45)

Esconden la hipocresía bajo la cubierta del amor, los que “bendicen con la boca y maldicen con el corazón” (Sal 62(61),5).

El que ha adquirido el amor, soporta sin turbarse cosas que afligen y dan penas, suscitadas por los enemigos.

Sólo el amor une la creación a Dios y a los seres entre ellos, en la concordia.

Posee el amor verdadero el que no desconfía ni soporta palabras dichas contra el prójimo.

Es honorado por Dios y los hombres el que no comienza nada que pueda destruir al amor.

Lo propio del amor sincero es una palabra verdadera, que viene de una buena conciencia.

El que reporta a un hermano los reproches que vienen de otro, esconde celos bajo la cubierta de la bondad. (…)

Cuídate de la intemperancia y del odio y no encontrarás nada que te haga obstáculo en el tiempo de la oración.

De igual forma que no es posible sentir el perfume en el fango, no es posible sentir el buen perfume del amor en un alma rencorosa. (…)

El que no envidia a los buenos y tiene piedad de los malos, porta en él un mismo amor para todos.

No confíes en el pensamiento que juzga al prójimo, ya que “saca cosas malas de su tesoro de maldad” (cf. Mt 12,35; 6,21).


Talasio Líbico y Africano
higúmeno en Libia
Filocalia, Centurias I, 3-9, 15-16, 78,84 (Philocalie des Pères neptiques DDB-Lattès, 1995), trad. sc©evangelizo.org

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