“Sé lo difícil que es hoy en día llevar a cabo un trabajo en el ámbito de la sanidad. (…) Anteponer el enfermo a la enfermedad es esencial en todos los campos de la medicina; es fundamental para que el tratamiento sea verdaderamente integral, verdaderamente humano.”
“El amor al hombre, especialmente en su condición de fragilidad, en el que brilla la imagen de Jesús Crucificado, es específico de una realidad cristiana y no debe perderse nunca.
“(…) la sanidad católica en general, están llamados a testimoniar con hechos que no hay vidas indignas o que descartar porque no responden al criterio de la utilidad o a las exigencias del beneficio. Vivimos una verdadera cultura del descarte; es, un poco, el aire que se respira y tenemos que reaccionar contra esta cultura del descarte. Todo centro sanitario, en particular los de inspiración cristiana, debería ser un lugar donde se practica el cuidado de la persona y donde se puede decir: “Aquí no se ven sólo médicos y enfermos, sino personas que se acogen y se ayudan mutuamente: aquí se puede experimentar la terapia de la dignidad humana” que nunca puede negociarse y que hay que defender siempre.
Hay que centrarse, pues, en la atención al individuo, sin olvidar la importancia de la ciencia y la investigación. Porque el cuidado sin la ciencia es vano, al igual que la ciencia sin el cuidado es estéril. Los dos van juntos, y sólo juntos hacen de la medicina un arte, un arte que implica cabeza y corazón, que combina conocimiento y compasión, profesionalidad y piedad, competencia y empatía.”
Santo Padre Francisco
A los Miembros de la Fundación Universitaria Biomédica
del Campus Bio-Médico de Roma
Sala Clementina
Lunes, 18 de octubre de 2021
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