“Den y se les dará” (Lc 6,38)
Cristo Jesús no dejará nuestra generosidad sin recompensa. Fuente de toda gracia y verdad, dijo: “Den y se les dará” (Lc 6,38). El que da al prójimo, recibe a su vez de Dios.
Existen almas que no avanzan en el amor de Dios porque Dios se muestra avara con ellas. Dios se muestra avaro, porque ellas mismas se muestran egoístas y no quieren dase a Cristo en los miembros de Cristo. (…) “La medida con que ustedes midan también se usará para ustedes” (Lc 6,38). Es la clave de la esterilidad espiritual de muchas almas. Dios deja en su aislamiento a los que se rodean de precauciones para salvaguardar su egoísta tranquilidad. Cerrándose al prójimo, esas almas se cierran a Dios. Como Dios es fuente de toda gracia y sin él no podemos hacer nada por la felicidad eterna, nada puede esperar un alma que se cierra así voluntariamente a la venida de la gracia.
Dios se deja conmover por nuestras miserias. A condición que seamos sensibles a las miserias y necesidades de nuestros hermanos. (…) Demos sin reserva. Escuchemos al Señor que nos dice: “Yo, que soy Dios, amo ese prójimo, me he librado por él, lo llamo a la misma felicidad eterna que a ti. ¿Por qué no amarlo en la medida que lo amo? Si no puedes amarlo en la medida que yo lo amo, al menos ámalo tan ardientemente como puedes, por mí y en mí”
Beato Columba Marmion (1858-1923)
abad
El buen celo (Le Christ Idéal du Moine, DDB, 1936), trad. sc©evangelizo.org
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