miércoles, 13 de abril de 2022

CAMINO DE LA CRUZ



«La paz que Jesús nos da en Pascua no es la paz que sigue las estrategias del mundo, que cree obtenerla por la fuerza, con las conquistas y con varias formas de imposición. Esta paz, en realidad, es solo un intervalo entre las guerras: lo sabemos bien. La paz del Señor sigue el camino de la mansedumbre y de la cruz: es hacerse cargo de los otros. Cristo, de hecho, ha tomado sobre sí nuestro mal, nuestro pecado y nuestra muerte. Ha tomado consigo todo esto. Así nos ha liberado. Él ha pagado por nosotros. Su paz no es fruto de algún acuerdo, sino que nace del don de sí. Esta paz mansa y valiente, sin embargo, es difícil de acoger. De hecho, la multitud que alababa a Jesús es la misma que unos días después grita “Crucifícale” y, asustada y desilusionada, no mueve un dedo por Él»

«Jesús, antes de su última Pascua, dijo a los suyos: ‘No se turbe vuestro corazón ni se acobarde’ (Jn 14,27). Sí, porque mientras el poder mundano deja solo destrucción y muerte —lo hemos visto en estos días—, su paz edifica la historia, a partir del corazón de cada hombre que la acoge. Pascua es entonces la verdadera fiesta de Dios y del hombre, porque la paz, que Cristo ha conquistado sobre la cruz con el don de sí mismo, nos ha sido dada a nosotros. Por eso el Resucitado, el día de Pascua, se aparece a los discípulos y ¿cómo les saluda?: ‘La paz con vosotros’ (Jn 20,19.21). Este es el saludo de Cristo vencedor, de Cristo resucitado»


Francisco

Audiencia General 

13-04-2022 



 

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