La trampa del orgullo
“Yo te voy a explicar, escúchame; déjame contarte algo que vi” (Jb 15,17). Lo propio del arrogante, es nunca tener el sentimiento de la honestidad, aunque sea leve, sin someterlo al servicio del orgullo. Eleva su propia inteligencia sobre él mismo sólo para caer en la trampa del orgullo, lleno de vanidad. Se cree más sabio que los sabios, reivindica el respeto hacia él como el que vale más, pretende enseñar con aire de autoridad. Por eso esta palabra: “Yo te voy a explicar, escúchame; déjame contarte algo que vi” (Jb 15,17). (…)
Con estas palabras, Job afirma: “El malvado se atormenta todos los días de su vida, muy pocos años están reservados al hombre cruel” (Jb 15,20). Dicho de otra forma, ¿por qué enorgullecerse de una certeza cuando la pena de la incerteza es lo propio de la condición humana?
San Gregorio Magno (c. 540-604)
papa y doctor de la Iglesia
Livre XII, Morales sobre Job (SC 212, Morales sur Job, Cerf, 1974)
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