Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús,
Viva fuente de toda gracia,
Único amparo y refugio nuestro,
En ti tengo la luz de la esperanza.
Te saludo, Corazón piadosísimo de mi Dios,
Insondable, viva fuente de amor,
De la cual brota la vida para los pecadores,
Y los torrentes de toda dulzura.
Te saludo, Herida abierta del Sacratísimo Corazón (Jn 19,34),
De la cual salieron los rayos de la misericordia
Y de la cual nos es dado sacar la vida,
Únicamente con el recipiente de la confianza.
Te saludo, inconcebible bondad de Dios,
Nunca penetrada e insondable,
Llena de amor y de misericordia, siempre santa,
Y como una buena madre inclinada sobre nosotros.
Te saludo, Trono de la misericordia, Cordero de Dios,
Que has ofrecido la vida por mí,
Ante el cual mi alma se humilla cada día,
Viviendo en una fe profunda.
Santa Faustina Kowalska (1905-1938)
religiosa
Pequeño diario, 1321
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