viernes, 1 de diciembre de 2023

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 21,29-33


Evangelio según San Lucas 21,29-33
Jesús hizo a sus discípulos esta comparación:

"Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol.

Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.

Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca.

Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán."


RESONAR DE LA PALABRA

Hay un Todo que no pasará

“Todo pasa y todo llega”, dice la célebre poesía de Machado. Y, algo aparentemente más pesimista que cantamos en Navidad: “Y nosotros nos iremos y no volveremos más…”. El Evangelio de hoy nos lo pone todavía más crudo: cielo y tierra pasarán… Es decir, todo, incluidos nosotros, pasará. Pero en realidad no dice: “todo pasará”, sino “cielo y tierra pasarán…” Lo que no pasará es, precisamente el Todo, el Absoluto. A una mentalidad relativista moderna, esto le puede resultar insultante. Pero es lo que hay. Cielo y tierra, es decir, todo lo que conocemos, pasará. Parece un pensamiento muy sombrío, y sin embargo, no lo es en absoluto. Porque pasará eso, que al fin y al cabo, es solo cielo y tierra. Y que no es todo. Pero permanecerá el Todo… La Palabra.

Todo esto parece muy abstracto. ¿Cómo se vive una cosa expresada en términos tan absolutos? Quizá empiece por la necesaria relativización de las cosas pasajeras, que, al fin y al cabo, pasan, y por la alegre confianza de que hay algo que no pasa. Los problemas pasan, los conflictos diarios pasan, los dolores de cabeza y las dificultades en el trabajo o en la familia… pasan. No pasa todo lo auténtico y verdadero: el amor de Dios y el que nos profesamos unos a otros; las obras de servicio; la generosidad extendida a otros; el bien que se haya podido hacer cada día; la verdad y los actos de justicia. Todo eso no pasa porque está arraigado profundamente en la Palabra de Dios, que es Vida.

“Pero lo nuestro es pasar… no hay camino, se hace camino al andar…” Una vez comentaba estas palabras con un grupo y alguien dijo: “Ahí hay un error: sí que hay camino. Cristo nos dijo que Él es el camino. No hay que inventarse nada.” Tenía razón esta persona, y quizá—sin saltarse las leyes prosódicas—habría que cambiar a algo así como “se descubre el camino al andar”. Se va conociendo más y más del Todo inabarcable. Lo importante, sin embargo, es caminar, seguir caminando. Y seguir caminando en ese descubrimiento de todo lo que es imperecedero: el amor, el servicio, el sacrificio, la justicia, la siembra de la paz…

Y entonces, se nos hace más luminoso el mensaje de hoy. Se nos hace posible una alegre confianza. Podemos andar seguros y serenos a pesar de todo lo terrible que vemos a nuestro alrededor y todas las cosas que pasan, y todos los seres queridos que aparentemente nos dejan. La Palabra no pasará. Su poder es un poder eterno y su reino no tendrá fin.

Carmen Fernández Aguinaco

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

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