¡Buen día, Espíritu Santo!
Porque sé Quien eres y que te haces presente puedo decir:
¡Amanece la Luz para el Justo!
Y mis labios dicen lo que anhela mi corazón:
¡Buen día!
¡Tú lo haces Bueno! ¡Tú y sólo Tú lo haces pleno!
Que sea éste Santo día un ¡Buen día!
¡Ven y llena de amor!
¡Escúrrete por nuestras grietas y muévete con Poder!
¡Ven y siembra la alegría que permanece!
Aquella que nada ni nadie puede robar.
Aquella que contagia y cambia nuestros climas interiores y familiares.
¡Ven, y asístenos! ¡Ven y danos la gracia de la Adoración!
Ven porque te necesitamos, ¡manda tu Fuego!
Te necesitamos porque flaqueamos, porque nos hace falta reconocer al otro.
Te necesitamos porque aún caminamos como si no estuvieras.
Te necesitamos porque no sabemos orar,
porque sin tu ayuda nos sentimos huérfanos...
y Gracias!
Por lo que ya realizaste, por lo que estas haciendo,
por lo que harás!
Manifiesta, ¿que podemos hacer juntos hoy?
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