¡Mucho cuidado! No hagas nada movido por la rabia o por el miedo.
Estos dos sentimientos arruinan los valores del alma y nos hacen errar el rumbo, perder la dirección.
La rabia es peligrosa porque atrae la ira, el odio, el rencor y los sentimientos violentos que destruyen la bondad que hay en nosotros. Ella nos expone a la furia y al peligro de perder la cabeza. Nunca tenga en consideración lo que una persona dice en momentos de rabia, pues la lengua se vuelve inmanejable y las palabras son flechas agudas, punzantes. Toda decisión tomada en el furor de la rabia es precipitada y si es llevada a cabo puede conducir al precipicio.
El miedo también es negativo y desastroso. El provoca pavor, pánico, exceso de preocupación, recelo, celos, y hace asomar la ansiedad.
Si el miedo no es manejado puede girar y volverse neurosis. Una fantasía en la mente dispara hacia situaciones inexistentes. De una forma u otra somos provocados por ese sentimiento, entonces lo más importante es no volverse rehén de ellos y purificar la mente y el corazón de todas las secuelas que ellos dejaron en nosotros.
Aprende, muchas vidas fueron arruinadas, muchos proyectos fueron destruidos, muchos sueños acabaron por decisiones tomadas en momentos de ira o de miedo.
No seas víctima de estos males.
¡Calma tu corazón!
Llora, desahógate, pide ayuda, reflexiona, reza. Deja que tu corazón sea purificado y veras otros horizontes después de las tempestades!
Pe. Roger Araujo
Adaptación del original en português
No hay comentarios:
Publicar un comentario