No tengamos miedo a recibir la sorpresa de cada día, ya llegue en forma de tristeza o de alegría. Ya sea pequeña y trivial, o significativa.
Se creará un nuevo espacio en el que podremos dar la bienvenida a una nueva experiencia y celebrar de forma más plena nuestra humanidad compartida. "
"La alegría y la tristeza nunca llegan solas. Cuando nuestros corazones se regocijan ante una vista espectacular al mismo tiempo podemos echar de menos a nuestros amigos que no están presentes en ese momento para disfrutarla. Y cuando nos embarga el dolor quizás podamos descubrir el valor de la verdadera amistad. La alegría está oculta en el dolor y el dolor en la alegría. Si tratamos de evitar a toda costa la tristeza puede que nunca experimentemos la alegría y, si desconfiamos del éxtasis, tampoco podrá alcanzarnos nunca la agonía. La alegría y el dolor son los padres de nuestro crecimiento espiritual."
HENRI NOUWEN
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